Ya casi tiene nombre este poema

Para María de Lourdes Ríos Yescas
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El olvido está lleno de memoria

Mario Benedetti
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Tuve que arrancarle a los recuerdos tu nombre.
Preguntarles cómo era la boca
que sabía escribir los versos más tristes;
por el paradero de las manos
que un día se perdieron irremisiblemente en un camión
y no supieron que dejaron agonizando las mías;
qué calles tenían fosilizados los pasos
de la niña que nunca besé bajo el cielo infinito...

Tuve que reconstruir mi pasado:
jirones de miradas, retazos de suspiros,
pedazos de papel, restos de perfumes...

Y llegaste de ayeres cercanos
para dar principio a mis hoyes remotos.

 

Podría no tener nombre este poema pero igualmente tendría identidad. La de un poeta que nos barre, como buen viento, la mediocridad y nos deja además un precioso sabor de américa.

Excelente, amigo. Lo voy a agrandar con tu permiso, merece ser subido y agrandadoooooooooooooo...


Un abrazo de los nuestros.

 

Ciela:
¡Ya tiene título, Ciela! No se lo pude cambiar, no sé cómo. Se llama Ya no tengo tiempo. Lo inspira la niña a quien está dedicado. Gracias por tus palabras, son las únicas que pueden hacer grande este poema, no esperaba menos de la maga de la poesía. Hasta siempre.

 

Pasmoso poema. Su calidad le debe mucho a la originalidad de los trazos, pero creo que aún más a la manera en que dejas deslizar la idea del abandono. Una maravilla.
Abrazos.

 

Veramar:
Gracias por tu opinión vertida a estos versos. Y sí, la idea es el abandono con un dejo de esperanza. Hasta luego.

 

De ayéres lejanos estamos todos constituidos mi amigo. Qué versos más tristes pero la buena noticia, es que estos versos te hacen el enorme poeta que eres mi amigo. Me gustó mucho, musho. Un abrazo amigo.

 

Azul Profundo:
Fue un rescatar los ayeres de juventud, pero que dolieron. El lado bueno es que me ayudan a entender mi presente y no cometer los mismos errores. Una vez más bienvenida poetisa de mar y cielo. Hasta siempre

 

no me canso de leerlo,
una y otra vez,
me tiene hipnotizada.

Yo, hoy, descubrí (sin que tenga algo que ver
o sí)
de las sensaciones
que desearía siguieran sin tener nombre.

A veces los nombres, los conceptos, parecen quitarle algo
a eso que dicen, que nombran, que explican,

sin terminar de definirlo del todo.

No sé,
bueno, si no te gusta el comentario, me lo decís y lo borro,

un abrazo,
C.

 

Céu:
Al contrario me gustó, con su respectiva dosis de filosofía eso sí, pero me encantó. Y más eso de que te hipnotizó. Hasta siempre.