Víctima y verdugo

​

Dejamos de ser sinceros.
Fingimos ser fuertes.
Aunque por dentro,
con cada palabra,
o cada silencio,
se abre la herida,
se fuga la sangre,
la inocencia,
la resistencia,
la voluntad...
Acabándose un día
dejando inerte
la duda eterna
y la melancolía,
la caricia fría,
la resaca cruel
del desengaño,
de la verdad espinosa,
el ciento de larvas
que nacen y se pudren
en el seno del alma.
Y el rencor...
Y todo el dolor...
Que no se aliviará
ni aunque pasen los años,
aunque jures que el tiempo
cura,
que sana.
Dejamos de ser sinceros
y ahora somos unos monstruos,
títeres de nosotros,
verdugos,
víctimas,
y pasado...​

 

Creo que todo tiene una etapa, que todo tiene su tiempo y todo en algún momento pasará y sanará. Me gustó pasar.

 

Muy hermoso pero amiga el tiempo todo lo cura o por lo menos lo mitiga

 

Lindos comentarios amigos.... los aprecio de verdad. Un abrazo