vampiro

La historia de muchos vampiros está hecha de soledad y melancolía.
¿Cómo iba a ser distinta la mía?

Te lo dije una vez:
yo te necesitaba.
Quería a alguien con quien volar,
una estrella que guiara mis pensamientos,
que me susurrara que este dolor no sería eterno.

Pero una vez más… me equivoqué.
Eras solo un fantasma.
Duele, aunque no seas real.
Dueles, aunque ya no seas más que un eco en el olvido.

Aquel espejismo que caminaba a mi lado…
No te negaré que quise hacer trampa.
Pero me lo recordaron con crueldad:

Los vampiros no pueden ser elegidos.
Porque así es.
Porque así debe ser.

Y yo seguiré viajando entre lágrimas,
recogiendo los retazos de mi memoria.
Pintaré tu historia en mi alma,
dibujaré tu silueta entre sombras.

Te miraré como una estrella fugaz
que iluminó apenas un tramo de mi sendero.
Me enseñaste que, a veces, la vida
se escurre entre los dedos...

Y que yo no puedo ser más que eso:
un alma melancólica
perdida entre los mortales.