Una que combine por favor.

Alto, le gusta estar en forma, cabello desalineado, castaño oscuro que parece dorado cuando el sol le alumbra, labios rojos y delgados que cualquier mujer se moriría por besar, ojos expresivos de un extraño color claro, mirada profunda y tierna, tez clara y suave, y por supuesto una bonita sonrisa. Es como describen las jóvenes a aquel chico. Vive en casa de sus padres, una de tres pisos, ventanas enormes, chimenea y una fachada espectacular, el dinero no era problema para su familia, era un afortunado sin duda, tenía todo lo que cualquiera podría desear, aún así no era arrogante o antipático, por el contrario era un poco tímido y no disfrutaba mucho yendo a fiestas aunque asistía a algunas de vez en cuando, como en esta ocasión.

No era exactamente el alma de las fiestas debido a su timidez pero en la disco más de una nena le tenía el ojo puesto encima. Las mujeres no eran problema para él, había tenido varios noviazgos y uno que otro desliz pero inamovible en su deseo de entregarse solo ante la mujer de su vida, SI era virgen!!, y era algo que él realmente apreciaba.

Tras la fiesta salió junto con sus amigos hacia su casa, no muy lejos de la disco, así que decidieron ir a pie, las risas de los jóvenes irrumpían el silencio de la noche en la calle, optaron por ir todos a una sola casa pero él se negó, no gustaba mucho de dormir en otro lugar que no fuese su cama, así que se separaron en una esquina, el joven siguió su recorrido, pensó que podría acortar camino por el viejo parque donde solían dormir los borrachos, pero la zona parecía libre de aquellos alcohólicos, de hecho estaba desierta, así que decidió atravesar el inmenso parque.

Miraba atentamente el parque mientras caminaba, la iluminación faltaba en algunas partes y el viejo piso se agrietaba, los caminos largos y angostos ya se confundían entre la hierba, sillas rotas que nunca se acabaron de pintar y el mal estado del parque eran el paisaje. Pisadas a la distancia lo obligaron a acelerar el paso, cuando enfrente se encontró con una ancianita rogándole por una moneda que se negó a darle rebasándola por su hombro izquierdo, dos pasos más adelante solo vio acercándose hacia él un pañuelo blanco húmedo mientras que el brazo arrugado le sostenían del cuello para que no se zafara, el popper del trapo y la escopolamina que le arrojó luego hicieron efecto, el joven perdió el control de su cuerpo y la anciana sólo lo arrastraba apresuradamente, lo recostó sobre una lata y empezó a esculcarle los bolsillos, se detuvo solo por un momento a pensar, tal vez unos dos segundos mirando la entrepierna del joven, había tenido una erección a causa del popper, sin pensarlo dos veces le desabrocho el cinturón mientras el joven solo podía mirar aquella anciana llena de arrugas, rasgos toscos, ojos perdidos, ropa desecha y mal olor que abusaba de él, no podía hacer nada, solo quería salir corriendo pero su cuerpo no le respondía. La anciana entre gemidos lo único que hacía era sostener el pañuelo sobre su boca y nariz hasta lograr que quedase inconsciente.

El sol en la cara lo despertó. Con dificultad, desorientado y a medio vestir se levanto de aquella lata. Tenía en su mente la imagen borrosa de aquella anciana para nada atractiva encima de su cuerpo gimiendo y presionándole el pañuelo contra su cara, no quería recordar nada solo quería ir a casa, como pudo arranco a correr las pocas cuadras que le faltaban para llegar, tiro la puerta fue al baño de su cuarto y se encerró allí.

Vestido y bajo el chorro frio de la ducha se encontraba sentado con las manos sosteniendo sus rodillas contra el pecho, sus lágrimas se confundían con las gotas heladas que le caían en la nuca. La puerta no paraba de sonar de los golpes que daba su madre mientras preguntaba si todo se encontraba en orden a lo que solo el silencio respondía.

La situación no mejoro con el tiempo, sus amigos ya no le visitaban, las únicas visitas permitidas eran con su sicólogo que intentaba corregir lo ocurrido pero sin mayores resultados. Una tarde después de la típica sesión diaria se reunieron en la sala de estar con los padres, el sicólogo creía que la mejor solución era mandar a su hijo a un centro de ayuda, un loquero como lo llaman, donde podrían controlar mejor las reacciones del muchacho sin mayor problema, aconsejados por el docto personaje los padres firmaron todo el papeleo, esa misma noche el joven tuvo que empacar sus pertenencias.
Las depresiones del joven solo aumentaban, igual que sus pastillas diarias. Pronto sus padres, como sus amigos en casa, dejaron de visitarlo tan a menudo, para luego solo mandarle cartas que después ni se molestarían en escribir. Su comportamiento se torno más agresivo hacia sus enfermeras y sicólogos que lo trataban, el encierro como castigo por su agresión cada vez era más frecuente, hasta el punto de que ya ni lo sacaban de aquel cuarto. No había modo de saber que pasaba por la cabeza de aquel joven guapo del que ahora no quedaba nada. Tras una de sus tantas alucinaciones o pesadillas de las más lucidas, agarro aquel tenedor plateado de su plato y sujeto de la cabeza su miembro viril empezó a hurgar la base de su pene con fuerza, hasta el punto de hacerse sangrar en la tercera punzada, cada vez lo hacía más fuerte, los gritos llamaron la atención del personal pero para cuando habían logrado abrir la puerta ya era tarde el joven se había mutilado a sí mismo.

Ya han pasado más de dos años desde aquel incidente y lo único que se sabe de aquel joven tan atractivo es que aún sigue encerrado en el centro de ayuda con terapias de electrochoques cada dos días y una camisa de fuerza que combina con sus ojos.


-NOTA: Agradezco a todas las mujeres que me ayudaron en la descripción de su hombre físicamente ideal, para la construcción del personaje protagonista.-

 

No me esperaba esta historia Erox...

creí que escribirías alg de vampiros y mira que me sorprendiste.

generalmente no se escribe sobre abuso de chicos, por ello creo que es importante que te hayas animado a hacerlo.

No me pareció largo, creo que es un tema interesante y que lo has manejado bien.

Ha sido grato leerte aunque la historia es cruda.

Espero leerte nuevamente en este género.

Un abrazo