Un fantasma en R² (Cuento breve)

Había receso escolar por disposición del Ministerio de Educación de la Provincia a raíz del día mundial de la enseñanza laica y gratuita.
En la escuela , los maestros se auto convocaron para aprovechar la jornada y corregir los exámenes de los educandos.
En el aula 5, del colegio primario Nº 10, se encontraba la maestra Catalina García, corrigiendo las pruebas y pasando las notas correspondientes a la libreta de calificaciones del colegio.
Era un día apacible y tranquilo, sin sonidos de campanas que llamen al recreo, sin bullicio de escolares gritando. Una hermosa jornada para trabajar y corregir las pruebas de sus alumnos de grado.
Catalina tenía 49 años y era maestra de grado en dos instituciones escolares desde hacía 20 años. Era una persona amable, de modales muy finos, madre de 5 hijos y viuda reciente.
Amaba la profesión de docente a la que consideraba la razón de su vida por el hecho de poder brindar su amor y conocimiento a la inmensa cantidad de alumnos que en el futuro serían los hombres y mujeres que llevarían adelante los destinos de nuestra gran sociedad.
El aula estaba empapelada con afiches de trabajos prácticos de los alumnos con consignas referidas a distintos matices : temas sobre la naturaleza , la niñez y la cultura, los espacios verdes, etc. Todas consignas escolares.
Lucía gafas de carey, el pelo cano y un guardapolvos impecable. Su semblante inspiraba ternura y a la vez, autoridad.
Eran ya las 14:00 horas y ya casi había terminado de corregir todos los exámenes (se lamentaba por los aplazos de algunos alumnos que no habían aprobado). Se dijo a si misma que intentaría darles otra oportunidad y no ser tan drástica.
Conocía la historia de muchos alumnos y de sus problemas familiares.
Tomaba su segunda taza de café cuando de pronto pasó algo inesperado:
un fantasma de contornos negros se presentó en el aula y comenzó a balancearse sobre la ventana.
Fue un terror maestro el que se apoderó de la docente y salió corriendo del aula.

Catalina se enfermó la semana siguiente y pidió licencia, la reemplazo otra maestra.

Todos aprobaron el grado. Así la educación continuó entregando certificación y diplomas por temor a los fantasmas.

Al final del ciclo escolar, mientras los festejos de fin de curso , los directivos esbozaron sus altisonantes discursos, mientras entregaban las medallas de fin de jornada y aprobación de metas a los egresados
de la institución escolar.

¡TODO OK!

Sin embargo, estimada platea, mientras la fiesta de fin de curso se realizaba en el escenario mayor de la escuela,
en el aula 5, sobre el escritorio, un lápiz negro dibujaba una silueta sobre una hoja blanca.