Un día gris

Entre tanta alegría, emoción, mi estar pasa desapercibido.

No mostrar a nadie lo que tanto me hace enmudecer, quizás egoísta se podría ver, pero es tanta esa presión, silenciar es la mejor opción.

Ya pasará o permanecerá.

Contener aquello que tan adentro hay en mí; intentar ocultar lo que mata en mis entrañas.

Un corazón herido, reconstruido y apenado.
Un alma casi inexistente pero persistente.

Sabanas frías acariciando la piel, esa que se estremece a cada instante sin razón aparente.

No hay explicación para las lágrimas, para el estar.

Avanzar...
Parar.
Retroceder...
Seguir.

Querer gritar... hablar y callar.

La soledad, amiga ante tanta angustia, me abraza, me calma, me consuela.
Pensamientos que van y vienen haciendo más difícil levantar.

Coger aire, un último esfuerzo para caminar, para dejar todo esto atrás y ser un recuerdo.

Podré, lo sé.

Caeré,pero también me alzaré, aunque no lo pueda ver en los inicios, lo haré.

¡Seré... fuerte!