Última vez

Me senté a discutirte la mitad de lo que tenía dentro,
y cómo no podía entender que si los dos queremos existir,
tú no haces y sigues con lo tuyo,
en lo que llamas “desastre”,
y todo se contradice y me roe las imágenes de
tu vida cotidiana con alguien que supuestamente no quieres estar más.



Entonces después que no llegamos a nada,
sólo que para ti no es simple, y para mi sí lo es,
cuando se quiere, cuando se tiene una motivación,

Entonces la cobardía te rodea de gran manera,
y me di cuenta que no quiero ser parte ya de ello,
ni de ti, ni de tus dramas, ni de tus confusiones,
ni nada que tenga que ver con lo turbio de tus decisiones,
aunque irónicamente carezcas de ellas.

Me acosté y me convertí en una patética y triste plañidera,
entonces no había nada que hacer,
no había ni una conversación pendiente,
yo ya sé tu punto de vista,
tú sabes lo que quiero y sé que no harás nada,
y me cansé de criticarte, insultarte y
decirte una pila de verdades que aceptas sin asco,
pero no eres capaz de remediarlo,
inmutable a ello, como una pared,
un muro que sólo disfruta los dos lados,
que no hace nada ni decide nada,
te quedas en el medio,
en una línea que inventamos secretamente,

Y he estado desde aquí,
desde mi averno tratando de entender,
que ya no hay nada más que hacer.

Sólo una vez más, desaparecer, esfumarme,
porque tú ni para eso sirves.
sin determinaciones, sin nada,

No sé porque quise estar contigo,
y no por lo que tú dices,
no es porque no te pueda tener,
ya no tenemos 15 años.

Cada día me consume una congoja,
que provocas de alguna manera,
¡Tú!… quién eras nada, un simple nombre,
Alguien con quien reía,
un besador esporádico, visitador nocturno,

No sé en qué momento, ni qué día,
ni a qué hora se convirtió en algo más,
en tan poco tiempo,
no puedo asimilarlo y ya es hora,
que no te dedique ninguna letra,
porque no tiene sentido,
tantas vueltas al asunto,
me sulfurizo, me quemo por dentro,
junto con una impotencia…

Esto es…
lo último hacia tu asunto,
hacia la nada que tuvimos y
que pudo haber sido,
pero tú sólo volteaste y te escondiste como un temeroso.

Mientras tanto, yo te observo,
pero esperando que cada día,
cada vez, ya no estés acá,
ni que tu sombra se asome, nada,
sólo eso quiero, y al fin
dejarte tranquilo de alguna manera,
y seguir… lamentablemente viviendo.

 

Un placer pasar por tus letras que tan bien detallan una situación que a muchos les toca vivir. Te felicito por tan interesante y relato de una realidad diaria. Saludos y estrellas. Paloma2