Todo lo demas, tambien.

Tu quieres un jardín de espantos,

yo tengo un rosal sin espinas,

tu quieres diamantes entallados,

yo tengo un espejo con tus labios.




Un manantial de besos, durmiendo en telarañas

un árbol sin ramas, ni destellos

un loro parlanchin, que al final no dice nada,

lo estúpido y lo infantil,
un final sin pretextos.




Un diario pintado en blanco y celeste,

con noticias del mes pasado,

un parral de uvas sin vino,

que emborrache tus sentidos,

un colmenar de abejas que te endulce entre desvelos.




Un gobierno que me gobierne,

que no me sea sincero,

que me encuentre y que me entierre,

todos los meses, cinco horas, o un día entero.




Yo quiero un poco de eso,

y nada de todo,
yo quiero la nostalgia de haber perdido,
la fortaleza de haber amado,
te quiero un rato conmigo,

y otro rato quiero estar solo.





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El acto de darse al ser querido es a la vez perder un poco de sí mismo, nadie sabrá nunca qué es querer, ciertamente. Además de todo esto, tu poema va depositando uno sobre otros versos bellos en un mágico engranaje.Un abrazo.

 

Clara, estoy muy agradecido por tu comentario... que placer recibir una critica de una poeta con tanto reconocimiento y poder de apreciación...

Saludos porteños...