Termoclastia*.

Lo nuestro no fue unión.
Tan solo fue atracción, a veces fuerte.
Moría por no verte,
pero luego perdía la ilusión.
Era un ir y venir,
era un ritmo de quiero y ya no quiero.
Cuando estabas aquí, no te quería
y ahora que no estás, sola te espero.
Era tanto el calor,
era mi corazón en agonía,
el deseo un clamor,
pero tardabas tanto,
cómo me hacías sufrir,
tu amor era un quebranto.
Mi corazón se enfriaba y ya era tarde
si llegabas de amor haciendo alarde.
Y yo, me fui rompiendo por la pena,
nuestro amor que era roca, se hizo arena.

* fragmentación de una roca debido a cambios de temperatura bruscos que producen dilataciones y contracciones.

 

De la erosión casi nadie se Libra. Un beso, Luciana.

 

Eso es la pura verdad, hay que protegerse de la intemperie. Gracias por tu amable comentario. Un beso.

 

Gracias por tu amable comentario María Baenq. Un abrazo.

 

Magnífica poesía sobre el desencanto amoroso. Yo he publicado una hoy sobre ese tema. La voy a retirar, después de leer la tuya, maestra. Un abrazo