Te apartas de mi

manos suaves y deseables
amor de un amargo sabor
risa de sentimientos insaciables
inocente mariposa, amarilla y amorosa
eres como la luna que se aparece en las noches
limpiando mis sueños de reproches.

Alas angelicales,
te vas de mis suelos y yo jamás
he dicho que te quiero.

Quedándome solo y triste, estos
últimos días, tendré que decirte,
el amor que hacia ti existe
desvuélveme el corazón
y dejare que me conquistes…

estaba pensando y me quede dormido,
cuando desperté
nuevamente he quedado sorprendido,
de la mujer que algún día pensaría
que seria la iluminación de toda mi vida.

Con mucho tiempo de conocerte
odio mi suerte, la
razón es porque no he podido tenerte
amor del buen corazón,
que incitas a volar.
Óndas, que se esparcen,
Tu, te esparces lejos de aquí,
Pero nunca dejare de pensar en ti.