soledad

Soledad.




Estoy sentado en la vereda de la vida
frente al mundo subhumano de mi beso,
me he acostado con la llaga de mi sueño
sobre la aurora matinal de mi existencia.

Aquí se apagan las llamas de mi incendio
y ya no hay brillo en el cielo de mi ojos,
ni viento enamorado, ni rumor de río fresco
ni luz en la mañana limpia de lamento.

Soledad, extraña compañera de mis huesos
cruel y despiadada , salobre entre mis besos,
sombra que profana el pensamiento
¿Acaso puedes tu llorar mi sufrimiento?
¿Puedes con espada justiciera
sangrar mi cruel tormento?

Soledad, piedra en mi camino
guía en mi destino,
sabes callar cuando yo quiero que rías
y ríes locamente cuando me ves llorar.​

 

Bravo Wilson! Muy, muy bueno. Estremece viste!, los melancólicos llevan la pluma al extremo... allí donde la tensión de la fuerza que desmembra tu alma se sale con la suya y luego de dejarte con el pecho abierto cede la fuerza y te enfrenta deshecho y se ríe de tí. Te incita, te provoca y nace el autoflagelo, parido a ritmo de verso sobre un simple papel.

Felicitaciones.