Soledad y sus plegarias

El control de una palabra manchada de sangre
que se derrama bajo mis pupilas como un rió,
del gran pétalo que me regalaste,
convertido en flor y en ese corazón,
el cual observo y me desangro con mas pudor,
dejándome morir por tu amor.


La madre de los cielos,
que contempla mi tristeza,
moja mis labios con ternura,
y me deja un animo de esperanza,
el amor sigue allí,
y tu rencor vino a apuñalarme.


Una primavera fría
y un verano entre mis ojos,
una acuchillada a la felicidad eterna
un beso envenenado del destino,
y mi piel desecha.


Rompiendo cada misterio,
te alejas con la brisa,
y en lo castaño de tu pelo,
el sol mojado de lagrimas
que invaden la muerta ternura.


Hoy que el cielo a caído entre mis brazos,
una guerra se desprende en mi destino,
al verte alejarte,
deshojando la ultima rosa,
rompiendo con toda cadena.​