Simonías

En cascadas exangües dibujé tu retrato,
entre muslos y arena me clavaste tu sol,
en la distancia oscura del cristal al alcohol
en que prende la noche de poniente el recato,

en que apaga la luz el invisible rol
de tu fugacidad, amor por desacato,
fruto de la justicia, áspero y dulce plato
sin comida, tu piel erizada, el arrebol

que desata mi clímax sin cordones,
que alimenta mi tiempo de infinitos,
que traspasa mi vista y los rincones

en que aúllo al vacío para llenar mis gritos
con tu nombre y tu torso desnudo y aluviones
de manos que se llueven, desollan sin delitos.