Se perdieron en la madrugada.

La luna se apagaba de amores y brindis de champaña
clamando alegrías terminadas
de una noche finalizada.

Se escondieron de los labios los besos
y las manos cerraban hasta las palmas
las caricias dadas,
y el huracan violento de abrazos
culminó con el primer intento de la mañana.

La ropa,
antes caída
era de madrugada levantada.
Vestía otra vez los cuerpos
que se desmaterializaron
en un escape
hacia la inmortalidad.
​

 

Buenas líneas Elik.

El final genial.

Un abrazo.

 

Bello, aunque ese tipo de noches uno quisiera que no acabaran. Un abrazo.

 

Gracias poeta Cesar. En verdad, gracias.


Gracias infinitas.


Elik.

 

En efecto poeta Armas. Desearíamos que no acabase nunca o tal vez, a penas debería empezar.



Gracias infinitas.


Elik.