Se deshace el sol

El sol se deshace en la palma de tu mano,

y el ámbar se derrama y gotea sobre la arena.

Susurran viejos nombres, las rizadas olas;

un pétalo que se abre en mi memoria


Por cada pétalo la luminosa sonrisa de tus labios,

atraviesa la penumbra de las enredaderas.

Los manglares de raíces de cristal, retuercen,

Beben la luz de la luna, reflejada en el agua.


Siento tu aliento como un aleteo de mariposas,

que agita las hojas de mi propio corazón.

Tus ojos, dos rubíes de fulgores violeta,

donde se ahogan los barcos de la razón.


La arena se vuelve como lienzo de seda,

donde tus huellas son constelaciones efímeras.

Un cangrejo de coral teje tu nombre con hilos invisibles,

antes de desaparecer en el aire.


Tu cuerpo, una duna que respira en la noche,

en que las estrellas caen como lágrimas saladas.

Y el eco de tus pasos, melodía sin origen,

se enreda en la espina dorsal de la isla.


Las palmeras, brazos de sueños dormidos,

te abrazan con sombras que no existen.

Y yo, un náufrago en el mapa de tu piel,

dibujo constelaciones con la punta de mi deseo.


El tiempo se pliega como un abanico de plumas,

y en cada pliegue, tu imagen se multiplica.

La isla es un ojo que nos mira desde el abismo,

mientras tu voz se convierte en el murmullo de las mareas.


¡la desierta isla, se estremece en el abismo entre los manglares del amor!
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