Sábado Agridulce

Parecía una tarde como todas las demás
decidí saludarte y pasé por tu morada
un dicha inmensa al verte ¡que linda estas!
yo sólo te miraba mientras tú me hablabas.

Ya varios meses habían pasado
desde la última vez que te vi
rebosé de alegría en ese momento
al verte tan preciosa y feliz.

Por un buen rato, charlamos muy deprisa
palabras que consigo traían una sonrisa
me dijiste, ¡mira mi cabello me hice rayos!
quedé mudo y me derrumbé al tocarlos.

Tus bellos ojos color café claro
me sedujeron y me hipnotizaron
quedé en un coma frente a tu sonrisa
tan limpia y tan fresca como la brisa.

Tus rojos, seductores y grandes labios
que tantas ganas tenia yo de besarlos
mientras de mi se alejaban, se iban burlando
cuando llegó tu enamorado y los dos se besaron.

Me mordí los labios al verlos abrazados
besándose como dos amantes apasionados
no lo pude creer, se derrumbó mi vida
se convirtió en llanto mi sonrisa.

Sínicamente me sonreíste como diciendo
mírame cuan feliz soy y no es contigo
pude entender que a pesar de que te quiero tanto
tu felicidad para mi es dolor y llanto.

Me marche mordiéndome los labios para no llorar
y mi mente me repetía la misma maldita escena
caminé de prisa hasta mi casa con cigarro en mano
y caí en mi cama como si me hubiesen envenenado.

Ahora a pesar de todo lo que ha pasado
y a pesar de que aún en ti sigo pensando
creo que fue bueno que pasara aquella escena cruel
por que al fin pude hacerme a la idea de que te perdí.

 

Tiernísima, pero triste historia, no desesperes, no es la única. Suele suceder en la vida, cuando alguien se enamora locamente por una persona que ya está enamorado/a de otra. Pero así es la vida y el amor, ya te llegará ese amor de verdad y cuando te llegue no vas a necesitar que nadie te lo diga o te lo recuerde, ni vas a recordar este triste pasaje que cuentas en tu poema. Un gusto leerte amigo y prepárate para abrir el corazón al amor que está por venir. Un abrazo.