Reo de mis propios sentimientos

Inocencia, vi que fuiste acusada de traición,
cuando traiciones ocultaban esperanzas por
no volver a ser ingenuo, ni si quiera cuando eras pequeña,
pero te miro y te veo reflejada en mi madurez.

Recorriste las carreteras comarcales sin dejar señales
que pudieran dar pistas de lo que ibas a ser,
de tu propio protagonismo, sin ser yo mismo, sólo
volviendo a ser el mismo niño que antaño fuimos.

Conseguiste llegar a lo alto de las desilusiones, cuando
te dije "sigue adelante" y me contestaste:"sin ti, soy feliz",
pero como vas a ser feliz, si para mi fuiste un ser etéreo,
me convertiste en reo de mis propios sentimientos.

Ahora despídete de todas tus ingenuidades porque
ya nunca más volveré a la soledad y ya jamás regresaré
a los paseos con tu ignorancia y arrogancia,
orgulloso de ser yo, quién no te arroje más lanzas.

©Roberto Zarco.
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