Recuerdos de Maravi

Recuerdos de Maraví.



Me dices cual es mi pena y porque tanto misterio
que solo río con llanto y vivo sin libertad,
quizá sea un delito matarme de ha poquitos
pero hay tanta desgracia en mi alma,
que de ha pocos quiero morir.

Te cuento mi viejo amigo la historia de mi vida
todo empezó aquel día la vez que la conocí.
Ella Juana María la bella de Maraví
de quince veranos tiernos y un eterno sonreír.

Hermosa como la luna dulce como la miel
sentada frente a la aurora soñaba con ser mujer.
Jugaba el viento en su pelo de noches de bohemias
junto al río cantarín que entonaba canciones bellas.
Te juro que las estrellas la envidiaban desde el cenit
porque del cielo gris bajaba la luna llena,
vestida de blanca seda para besarle los pies.

Era pues amigo mío, la mas bella entre las doncellas
y sin querer te lo digo mi corazón se enamoró de ella,
de su sonrisa de plata, de su mirada de sol,
de sus años de arrebol radiante como una gema.

Fue el tiempo en que las praderas verdeaban en su color
y los jardines en flor perfumadas engalanaban,
las tardes de primavera llenitas de su candor.

Pero un día el cruel destino que nada entiende de amor
me arrebató aquella flor del jardín de mi corazón.
La encontré sentadita y tan blanca como una cera
y sus ojitos al cielo miraban con tanta pena.

Se fue mi dulce plebeya y mi alma se fue con ella
por eso es que río triste llorando ésta cruel condena
cuando en silencio el viento regresa y me habla de ella,
de su sonrisa de plata , de su mirada de sol
de sus años de arrebol radiante como una gema.

Déjame amigo mío esclavo de ésta mi pena
y así talvez Dios algún día me lleve a vivir con ella,
donde no sufrir quebrantos, donde no sufrir mas penas
y ser felices por siempre juntitos entre las estrellas.​