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Quédate

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Bender Carvajal, 24 de Septiembre de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 336

  1. Bender Carvajal

    Bender Carvajal Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    26 de Agosto de 2010
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    20
    No dejes sólo la pasión húmeda de la tarde
    ni el desenfreno ardiente del sol cayendo…
    Regálame también el sosiego de la noche,
    la mudez de la lluvia palideciendo
    el sonido metálico de Santa Isabel.
    Quédate conmigo
    y con la noche de todas nuestras partidas
    veremos el amanecer sofocante
    de una ciudad muerta en la vida de sus habitantes.
    Quédate como el otoño,
    con las hojas de tu piel desangrándose
    sobre las palmas de mi sexo
    que es el arco iris acabando en ti.
    Quédate con el incienso de tu cuerpo
    para no enloquecer mientras me acosa el alejamiento
    y el no tenerte por el resto de las horas.
    Quédate como una pira funeraria
    en este cementerio de huesos rotos,
    de pulmones vacíos y de voz languidecida
    por el efecto de tu nombre que muerdo como negándome al repudio…
    No me dejes la afonía
    donde los sonidos de tus huesos agrietándose
    me hicieron naufragar
    con la letanía de encontrarme entre sábanas húmedas
    y espacios vacíos…
    Nada de ti queda, sólo tu partida
    despojada en besos de no quererte ver salir.
    Quédate o déjame por lo menos la madrugada,
    trozo de las horas en que te maldigo
    por tu carencia asesina,
    maldita dueña de mis tardes
    y del hambre con que te hago mía.
    Quédate o déjame el silencio
    quinientas tres mil veces confinado
    a la sombra de tu sombra
    y al aroma de tu aroma
    que se roba y tortura
    casi el alma de mi alma…
    Quédate o déjame la vida
    en la medida justa de los años
    que para tenerte he matado
    con razón injusta
    todo el resto de mis años.
    Déjame la hierba
    y el aroma de tu jardín
    que he poblado sin reproches
    para ser el dueño de tu rosal,
    y como un látigo
    grabaré consignas
    en el sitio prohibido
    donde he anidado mi semilla.


    Déjame por lo menos la noche… maldita,
    déjame el sueño y la porfía,
    que con tus pechos en mi boca
    siniestra y agrietada
    he lamido la ceguedad
    de tus ojos en golondrina.


    Más no me dejes
    el calor
    que si con la nostalgia de tu cuerpo
    la noche se hace fría,
    irritante y sin amor…
     
    #1
    Última modificación: 28 de Agosto de 2011

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