Presentimiento...

El cielo está cuajado de estrellas,
entonces... por qué me siento tan sola?,
por qué siento esta fria losa, aprisionando mi pecho?,
esta congoja que me ahoga?,
este llanto, que me impide ver la luz de la luna?...

Está la ciudad silenciosa, mi vida duerme,
presiento que yo, tal vez no vuelva a ver amanecer,
siento que tengo una lápida, en el lugar del corazón...

Que horrible pecado he cometido?...
Yo sé que tengo el alma limpia,
llena de un amor inmenso
para dárselo sin miedo, al ser que llena mi vida...

Pero Dios se ha cansado de mí,
ya no ecucha mis súplicas...

Está amaneciendo, pero esta inmensa tristeza
no me dejará ver la luz del sol...

Aunque sigo implorando un minuto más de vida,
para poder abrazarlo de nuevo...

 

Amiga, se me ha empequeñecido el corazón con tus versos. Qué soledad la del amante desolado por la espera, enojado hasta morir por la dicha que no llega, la del perdón enrabietado cuando la figura del amor se presenta y se olvida el tiempo perdido añorando la ausencia.

 

Estás segura que iba en foro de amor??? :S:S:S:S:S
A mi me estrujó el corazoncito...

Desesperadas líneas, hermosa forma de transmitir.

Fuerte abrazo peruano!

 

La desazón tiene muchas formas. Ese peso en el pecho es una forma muy común de manifestarse.

 

Muchas gracias por tus bonitas palabras.
Mil besos.

 

Muchas gracias por tus palabras.
Mil besos.

 

si, así es.
Muchas gracias.
Un beso.

 

No has cometido ningún pecado, tienes un corazón que rebosa amor y dispuesto a darlo todo, pero a veces nos invade esa tristeza que no se sabe bien de donde viene y no nos deja ver el sol. Seguro que Dios escucha tu súplica pronto y disipa esa niebla que te entristece. Un placer pasar amiga por tu universo de versos. Un abrazo.

 

Tristeza que atenaza el corazón y el alma
pero demuestras que tienes mucho amor para dar todavía, Rosa
Un placer pasar por tus letras, amiga

 

Duerme la luna de tu noche, pero no el amor que presiente tu corazón, que siente tu alma en un grito que hace despertar el silencio.
Besos nocturnos mi querida Rosa Amarilla, estrellas que acaricien el dolor que en tus versos dejas.
Cuídate.
Mar