Poema XVII (La espera)

Me mirabas partir triste
con la promesa de volver
tus ojos eran pura tristeza
cansados de esperar siempre
a aquel a quien decidieron querer.

Tus labios quedaron dormidos
quieren que los despierten los míos
la ansiedad de mi regreso te ataca
y no ves que recién yo me he ido.

Partiré a donde no he ido en mis sueños
donde mi rostro tal vez será algo distinto
allá donde mi voz resultará indescifrable
allá iré llevándote siempre conmigo.

Con tu foto me voy a la guerra
cual Penélope sigues en la espera
hay sudor y muerte en la trinchera
mientras de mi sangre bebe la tierra.

Y los platos caen al suelo
se te escapa un grito al cielo
pues presiente que algo está mal
y te aterra pensar que no regreso.

Ya la bala besa mi costilla
y el dolor me tiene de rodillas
veo a la muerte que se me declara
ella viene camuflada entre las balas.

El silencio hace coro en mis oídos
gesticulan pero nada les escucho
leo y sé que se acerca el enemigo
y con todos mis miedos yo lucho.

En Ítaca sufrió igual una mujer
tejía toda su esperanza y su fe
ni las lagrimas la hicieron dudar
él le prometió que iba a regresar.

Ella está sentada bajo el sauce
mira al río como sigue su cauce
allí viene a quien tanto esperaba
otra victima de una guerra macabra
con una bandera cubriendo su cajón
y así toda la espera al fin se acabó.

Regreso pero no dijo como
el amor se nos fue al demonio
nuestro Ulises no llegó a su puerto
o llegó, pero esta vez llegó muerto.

El destino quería otro corazón
ella muere abrazada al cajón
y se fueron los dos al Stygia
pues la vida no los separaría.​