poema 31

De pronto mi piel se encontraba tiesa
a la espera de tus besos
que por momentos llenaban mi memoria
desencadenando esas pasiones inocuas
desbordando absolutamente todos los deseos
contenidos para volcarlos en tu cuerpo.
Beso por beso, fomentando todas las caricias
las que van a contarte como sueño cada noche contigo
y solo con esos sueños todo mi ser llega a estremecer
por este gran sentimiento
que fue creciendo y se hizo grande y fuerte
en tan poco tiempo.
Anhelando tenerte cada noche conmigo
para poder entregarte siempre todo de mí
para compartir horas de cariño
momentos de pasión y tiempo juntos.
Conseguir que mi piel tiesa deje de estarlo
al recibir ya esos besos que proclaman
al ver tu boca cerca de mí.
Nutrirme de tu esencia
que es arrojada en mi interior, como suaves caricias
que me regala tu cuerpo
cada vez que nos amamos.

 

quidos

Un placer leer este bello canto de tu complicidad al amar.
Mezcla de liquidos que se funden en un solo recipiente el amor...
Mi paz y estrellas dejo para ti.
Vidal