Poema 249

Estabas ahí
parada, con el calor a cuesta
mirando el asunto
con vistas al futuro
yo que llegaba
tan cansada de soledad
solo atinaste a mirarme
sonreírme y pensarme
no tanto como yo te pensaría
no tanto como yo te amaría.

Una mujer en soledad
es un placer para las manos
las horas no se pasan
y tu continuas
con tu vista al futuro
tu cuerpo perfecto
tu ser tan grande de princesa.

Fue un instante
que el corazón pudo mas
mi boca seca
se volvió manantial
apuntando a tu boca
y los ángeles del cielo
cayeron todos en tu escote
para llevarme al placer
como un joven inocente.