Perdiéndome en tu piel

Amo tu piel blanca como el invierno, tersa como la seda, cálida como el verano; el roce de tu piel es como una refrescante brisa que baña mi alma, llena mis sentidos, un perfume que puede ser palpado cuando me cobijas entre tus brazos, déjame sentir la hermosura de tus curvas, aferrado a tu cintura todo pierde importancia. Ahí estábas tú, hermosa como la vida, temblando víctima de tus nervios, tu piel rogaba por mis caricias, tus ojos tímidos me decían te amo... quería abrazarte, tomarte, hacerte mia y lo hice; besé tu cuello y mordí suavemente tu oído, abrazé tu cintua mientras tu buscabas mi boca, nuestros labios se encontraron, sedientos el uno del otro nos perdímos en un instante. Acaricié tu silueta, recorrí cada curva de tu cuerpo mientras te estremecías con el roce de mis manos, te giraste y miraste diractamente a mis ojos buscando respuestas que encontraste enseguida, viste mi amor en ellos y tus dudas desaparecieron, acaricié tu mejilla con mis manos, hermosa eres amada mia, mi amor se desborda por ti, tus ojos brillaban, acerqué mis labios a los tuyos para perdernos en otra eternidad, un suave beso para luego susurrar en tu oído un te amo y perderme en tu cuello. Besé tus hermosos pechos, como quien acaricia una flor, te amé como nunca te amaron y te perdiste en mi, nos hicimos uno y uno seremos porque nuestras almas se encontraron aquella noche y juntas danzaron el arte del amor.


- Pablo Martínez Alonso -