Olvidé

Olvidé

Olvidé mis pasos antes de ti,
olvidé mi fuerza,
mis ganas de vivir.

Olvidé mi agridulce silencio,
se perdió en tus argumentos,
olvide mi sonrisa sincera,
se ahogó en tu constante lamento.

Por lo que creí tu bien,
olvidé la pesadez mi mundo,
por la banal ligereza del tuyo.

Olvidé la realidad,
y en ideal ensueño
creció enfermedad

Olvidé quien fui,
no encontré quien soy,
mas aún tengo quien seré
y un recuerdo que volvió:

“Toda la luz que vi en ti, la vi,
porque ya existía, en mi”.​

 

Estimado Sebas...
No tengo palabras para comentar este tristísimo poema, solo haré uso de ellas para decirte que te aprecio muchísimo y te dejo mis más sinceros abrazos y mi apoyo para que todo, absolutamente todo vaya bien en tu vida, aunque muchas veces se nos haga cuesta arriba para lograrlo... Deseo en estas Fechas, sientas mi estima y mi amistad.

 

Un poema triste, sin duda, querido compañero pero, ¡ay, amigo! esos dos versos finales..., y es que el amor sale de nosotros y, a veces, vuelve pero el amor es nuestro, una enorme riqueza nuestra.
Ha sido un privilegio estar en tu espacio.
Con todo afecto, un gran abrazo.
Salvador.