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Olor a Buenos Aires

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por El globo estepario, 17 de Mayo de 2013. Respuestas: 2 | Visitas: 479

  1. El globo estepario

    El globo estepario Poeta recién llegado

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    16 de Mayo de 2013
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    (Esta finalizado pero no descubro como cambiar el título)

    Colores barriales



    Creo que entre el 06 y 20 de Mayo del 2012

    Ron, Chechu, flores.


    Mi amada Buenos Aires… la del Obelisco, la del boca a boca, la del tango, de las flores y el amor. Una ciudad hermosa, una ciudad apasionada, y el alcohol. Solo fantaseábamos con dos copas de algún whisky ingles mientras tomábamos ron. Y era en la esquina de 9 de julio y corrientes, donde pelábamos para no perder la costumbre, para no perder el calor.
    Nos besamos, y ella me dijo que me quería, que no me quería perder; juntos destilábamos un putrefacto olor, y que mierda, ambos terminamos jodidos y desnudos en el baño, con amor y sudor desparramados entre sus tetas.
    -Te amo nena, le dije.
    -Te amo, contesto.


    Despertar.


    Me hubiese encantado despertarla con un café y unas tostadas a mí querida Chechu. Pero me desperté con las gotas de agua cayendo del grifo de la ducha sobre mi cara. Mire mi muñeca y, ¡la puta madre!, eran como la una o dos de la tarde y no iba a llegar al laburo. Así que le di un beso en la frente, le tire una manta para que no se me enferme y me fui a Córdoba y C. Pellegrini a tomarme el subte.

    Viaje.

    Solo pensaba porque pija no me había abrigado más. Ese puto suéter de lana de la abuela muerta no me cubría ni medio del frío que me entraba hasta por las pelotas.
    Quería acelerar el paso para entrar en el puto subte y regocijarme del calor humano, pero la cabeza me daba vueltas, y sentía que si caminaba más rápido iba a vomitar.
    Por fin llegue, me metí adentro, y de re cagarme de frío, empecé a sentir un calor que me subía por la espalda hasta mi cuello. Pensé que el frío de afuera no era nada comparado con ese infierno, me asfixiaba, mi cabeza no daba más, y me encontraba terriblemente deshidratado... De tanto tomar, ¡Ja! Que puta ironía. Pero que mierda, me quería bajar, necesitaba bajarme, y creo que sí no se hubiese abierto la puerta en la parada de “Palermo” en ese preciso instante, estaría muerto, o al menos hubiese matado a alguien; en cualquier caso iba a ver pasar una ambulancia...

    Salida.


    Otra vez el frío de la calle, pero ahora me lo aguantaba como un señor, amaba el suéter de lana de la abuela, y sabía que esto era mil veces mejor que regresar a aquel túnel de fuego con toda su gente, su mierda, mi mierda, mi gente…

    Entrando.

    Mire la hora y eran las dos y cuarto, quince minutos tarde. No tan mal. Me apresure a entrar en ese gigantesco hipermercado “****”, donde trabajaba. Crucé el estacionamiento hasta el fondo donde subí unas escaleras y llegue a los vestuarios de empleados. Le metí para ponerme la corbata, guarde el suéter y mi billetera en uno de los lockers disponibles, y fui al reloj control para fichar mi llegada.

    Reloj Control.

    Me acerqué a la ventanilla donde debía pedir mi cartoncito para fichar en la máquina.
    -¿Cómo estás Óscar, todo bien?
    -Bien. Pero no te afeitaste, no te puedo dejar pasar.
    -Dale no seas así, estoy llegando tarde. Vos sabes, la casa, los problemas, mañana vengo afeitado, te juro.
    -No pibe, no. Es el cuarto día seguido que me venís diciendo lo mismo, todo bien, pero me comprometes.
    -Dale por favor no seas así, mañana te prometo que vengo sin un pelo, es solo por hoy.
    -No, ya te dije que no, me venís con el verso hace cuatro días, bajá, aféitate, y te dejo pasar.
    Ni le conteste, salí medio corriendo y medio puteando para adentro a ese forro con aire de superado, pensando que porque no se iba un poco a la mierda y me dejaba entrar al trabajo. Abrí el locker saque la billetera, nada. La mire por todos lados, vacié todos sus jodidos bolsillitos, cuarenta y cinco centavos y una tarjeta. Mierda, que hago, pensé…
    Fui a los vestuarios donde todavía se estaban cambiando los del turno de la mañana, así que me acerque a Juancito.
    -Que hace´ Juancito, te tengo que pedir diez pesos, mañana te prometo que te los devuelvo, me tengo que comprar una afeitadora, vos sabes cómo es eso.
    -Sí sí, no hay problema, toma.
    Le di las gracias y me fui corriendo al quiosco de abajo a comprar la bendita gillette. Es buen pibe ese Juancito, medio pelotudo, pero buen pibe, pensé.

    Bronca.

    Ya afeitado, con las pelotas hinchadas y ganas de mandar a todos a la concha de su madre, baje corriendo las escaleras, cruce el casino donde los giles morfaban, abrí la puerta y entre.

    Primeros pasos.

    El supermercado. Nunca iba a entender porque la gente desperdicia su fin de semana en venir acá, que vengan en la semana. Encima la mayoría son unos viejos de mierda que no tienen un pedo que hacer con su vida. Que desperdicio…

    Isabel.

    Iba caminando bastante a los pedos, transpirando, todavía medio con resaca, encima me había cortado un poco la barbilla por afeitarme rápido. Saludé a los guardias de seguridad (Siempre hay que tenerlos bien atendidos, nunca se sabe cuando uno puede necesitar un favor). Pasé la línea de cajas donde trabajaba, me dirigí a control, salude a Matías y a Clara (Auxiliares), abrí una puertita de acceso de personal y entre a avisar sobre mi llegada.
    Allí se encontraba Isabel, la encargada de cajas, sentada en su sucio escritorio mientras algunos cajeros rendían y escuchaban lo que hablábamos.
    -Hola Isa, ¿cómo va?
    -Hola, bien. Lucio, ¿qué paso?
    -El tráfico, insoportable…
    -¿Y avisaste en reloj control que llegabas más tarde?
    -No, no pude, quise, pero ando sin crédito, disculpa, pero…
    -No me pidas perdón, estoy segura que a esta altura perdiste el presentismo, y si quieres seguir trabajando acá, más te vale que empieces a llegar temprano.
    -Perdón es que…
    -No me importa, decime el legajo y anda a la caja veinticuatro rápido que Melanie no subió al descanso. Y avísale que es reemplazo definitivo, y que venga primero acá. Quiero hablar unas cosas con ella.
    -Dale, ahí voy. 820619.

    Reflexión.

    “…Y si quieres seguir trabajando acá, más te vale que empieces a llegar temprano…”. Pero quien garcha se cree esa mina, que me deje de hinchar las pelotas, ni que hubiera llegado tan tarde…

    Abriendo la caja.

    Después de haberle dicho a Melany que Isa la esperaba en el despacho de control, y que era reemplazo definitivo, me senté en mi silla de trabajo en la caja veinticuatro.
    Una larga fila de personas, la mayoría con cara de orto, aguardaban ser atendidas mientras me habilitaba en el sistema, y acomodaba mi fondo de cien pesos dentro de la caja (Nunca te dan cambio desde el principio los muy hijos de puta).
    Era una caja común, sin ninguna condición extraña. Hoy era domingo, lo que explicaba que haya tanta gente. No había ninguna promoción a excepción de la devolución del 50% en tickets en la compra de productos de limpieza corporal. Y como era predecible, se podía ver como todos cargaban con miles de jabones, champús, acondicionadores, y todas esas porquerías que uno usa para que no se note tanto el olor a mierda que despide el cuerpo humano al terminar el día.

    Clientela.

    El tiempo pasaba lento y la gente seguía haciendo las mismas tediosas preguntas de siempre.
    -¿Hay descuento con alguna tarjeta?, ¿No era hoy el día de descuento a jubilados?, ¿Cómo puede ser que no tengas cambio?, ¿No hay más bolsas? Y siempre está el hijo de puta que te dice con aire de superado: -¿Señor, no puede ir más rápido? Estoy apurado.
    Pero porque no te vas un poco al orto de tu padre porque de una concha seguro no naciste pedazo de infeliz (Pensaba) mientras le contestaba que iba lo más rápido que podía y que había que tener paciencia con una sonrisita estúpida.
    Después están los que te dicen, “Uy, me olvide la billetera”, y te dejan quinientos productos a la deriva. Entonces hay que llamar a un auxiliar para que venga con una tarjeta especial a cancelar la compra, y hasta que viene y retiran los productos…
    -¿Qué pasa? , ¿Por qué no avanzan?, No puede ser, estos supermercados que contratan gente ineficiente. No lo puedo creer. Me voy a ir a quejar con el gerente… Se escucha decir entre la gente.
    Nunca voy a entender porque la gente vive de mal humor. Viene al supermercado un domingo, un Lunes o un feriado y todo para ellos es rápido, rápido, rápido y más rápido. Es en lo único que piensan. Para ellos la velocidad, es lo que para los perros la comida. No la necesitan todo el tiempo, pero viven por ella. Todo el día apurados, nunca relajados. Lo peor es que esa bronca, toda esa bruma de mala onda que trae la gente, se te pega. Y aunque uno los atienda perfecto y les diga “Buenas noches señor/a, hasta luego, y gracias” uno solo piensa en cuando se le dispararan todos los tornillos y los mandara a todos y a cada uno de esos clientes a la mierda, y los re cagara a tiros. Hasta entonces, que tengan un lindo día, y gracias por su compra.

    Chistes.

    Siempre está el forro que después de que una gorda come helados te hincho bien las pelotas, trata de hacerse al gracioso con un chistecito. Todo bien… Pero no rompas las bolas diciendo boludeces, ¿no ves que tengo los huevos al plato?
    Igual, a veces son graciosos y merecen una sonrisa verdadera y una honesta atención.

    Pequeña alegría.

    A veces los ángeles también se pasan por el supermercado, y con una mirada, te pueden alegrar el día. No sé cómo hacen, pero en esos momentos me olvido de todo. Hasta de mí querida Chechu. Pero no te pongas celosa, es solo una liberación de la mente de unos pocos segundos en el trabajo… Que ganas de estar en casa…

    Descanso.

    Hay un momento glorioso en un día de trabajo. Se llama “reemplazo de baño/merienda”.
    Viene otro cajero con cara de gil, te remplaza, y uno tiene 15 minutos para tomarse una matecito o fumarse un pucho para distenderse un rato. Esos minutos se pasan literalmente a los pedos. Pero si no existieran, también habría pasado una ambulancia por el supermercado.
    Me llego un mensaje del Fede: “Se cancelo el partido, el forro del Juanjo dice que sigue con resaca, y el Topo, la Gata y el Santi no contestan”.
    Que manga de gatos dios, igual mejor, yo también me siento para el orto.

    Rendir.

    Antes de que termine el jornada hay que rendir las cuentas del día, es decir las tarjetas y el efectivo. Nunca me falta plata por suerte, y espero que siga así. Desafortunadamente soy lento rindiendo las tarjetas. Le tire una gomita en el orto a Claudia, me miro y no dijo nada, se entendió.

    Uno para la vuelta.

    A la salida… Tipo doce de la noche, toda la paja. Sigo con el uniforme pero sin la corbata. Realmente el aire de la calle se siente más rico, más fresco, y hasta a veces, fantaseo con el del campo. Santi, Jorge y yo estamos tranca hablando de minas, futbol, política y rock. Mientras tanto iba corriendo el soldado, un poco de humo, un poco de amor, un poco de nada. No entendí muy bien pero el Santi necesitaba un abrazo, y la charla se torno melancólica. Su novia lo había dejado.
    Que ganas de ir a París, prenderme uno y mirar la torre Eiffel de la mano de Mireille Mathieu, bajo el cielo de esa hermosa ciudad… Que ganas de morir… La señorita que tenía al lado me miraba con desconfianza, le dije que tenía una linda sonrisa y se sonrojo. Terminamos en un hotel.

    16, 17, 18 o tal vez 24 de Julio del 2012

    Semana de mierda, la odio, porque… Porque, que hice, se que hice, soy un imbécil la puta madre, te extraño, la extraño, mi vida, siento que me muero, flores, sangre, suelo, alcohol, mierda…

    A veces es con quién estés, tan solo… A veces no es nada más. He estado peor, escuchando el ruido del miedo entre mis sesos mientras se me sacudían los recuerdos. Jamás entendí bien porque vivimos. Uno puede creer en un falso dios para darse fuerzas, no creer, o bien ni planteárselos, pero en el común, sabemos que el mundo no está loco, es simplemente que nada en esta vida puede tener algún sentido.

    Chechu me había dejado… Dijo que me amaba, pero que no podía seguir con esta vida. Hace una semana que no voy al trabajo.

    El 24 de Julio me entere de que me habían echado. Las expensas andan mal, y la guita solo alcanza para el ron...

    Sexo, alcohol, flores, una licuadora y un dálmata. Se siente el frío entrando por la ventana. Un gato negro, y el viento cerró la puerta de un golpe… estoy solo.



    Humo de Buenos Aires

    Madrugada del 4 o 5 de Agosto del 2013

    Reencuentro

    En “El escondite”, un bar por Balvanera. No sé bien las calles, pero anduve caminando bastante. Recuerdo que pase por la Av. Rivadavia y Callao antes de llegar allí, no mucho más.
    Era un pequeño antro, bastante acorde con su nombre, bastante oscuro y bastante ron. Yo estaba sentado en la esquina más alejada, pegada al baño tomando un vaso de whisky.
    Mientras tanto, escuchaba a una chica con mirada melancólica cantando “The Greatest” en un pequeño escenario hecho con mesitas y sillas desocupadas. Nadie pareciera escucharla, pero era el único sonido aceptable en dicho ambiente. Su voz nos perturbaba y nos mantenía vivos.

    “..Melt me down into big black armor. Leave no trace of grace..” era un timbre al sufrimiento.
    Rompí a llorar, pero a nadie le importaba. Quizás a dios. (Es joda, se entiende… dios me paso un cigarro)
    En todo caso, mientras vaciaba el pequeño vaso en mi garganta, solo sonaba su dulce voz en mis oídos.. Como la odiaba, cada sílaba que pronunciaba era un puñal en mi entrepierna desgastada…
    “…And then came the rush of the flood. Stars of night deep to dust.” Cerré los ojos.

    Oscuridad. Flores. Vodka. Sangre. Recuerdos… Todo chocaba entre sí en un rinconcito de mi cabeza que gritaba desesperadamente.

    Las almas sin vida fumaban, y una espesa nube de humo verde cubrió toda la ciudad. Tres cuadras después, en aquella plaza Miserere, es donde me reencontré con Lucio (entre sombras, prostitutas, clientes y vino toro). Estaba desecho. Solo nos miramos nuestros consumidos ojos rojos y nos sentamos a fumar en silencio. Nos entendíamos bien, después de tantos años…
    Mientras tanto, las hojas susurraban Boys don`t cry de “The Cure” y ambos agachamos la cabeza. Las cenizas del cigarro, eran un símbolo dentro de aquel jardín lleno de elocuencias y recuerdos inútiles. De sufrimiento.
    Nos rompimos las cabezas, y dos días después, amanecimos con el sueño de haber muerto. Seguimos sin hablar por varias horas. Finalmente, nos miramos por una eternidad, algo así como tres segundos… Luego se fue.
    Nunca nos volvimos a ver. A veces la soledad es la mejor acompañante, y un amigo, una esperanza que lastima.

    Gracias por leer este pequeño delirillo
     
    #1
    Última modificación: 17 de Mayo de 2013
  2. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Hola Globo estepario, bienvenido al Portal literario. Es un relato excelente, felicitaciones.
    Lo hemos cambiado de foro porque el foro para relatos largos es exclusivo para textos que ofrecen al lector un tiempo de lectura superior a los 30 minutos. En este foro, que es el más adecuado para el tamaño del relato, los lectores que visitan el portal lo podrán encontrar con relatos cortos. Es importante leer los títulos y encabezados de cada foro, Mundo Poesía tiene una estructura para que el lector busque en ella el tipo de tema de su preferencia. Para ayudarte con cualquier duda estamos a tus órdenes, envíanos un mensaje Privado a cualquier moderador, será un placer atenderte.

    Gracias por compartir tu texto con nosotros.

    Equipo de Moderación de MP.
    Saludos.
     
    #2
  3. El globo estepario

    El globo estepario Poeta recién llegado

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    16 de Mayo de 2013
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    Sí mil perdones, la verdad es que lo publique y recién después leí lo de los 30 minutos :S Gracias :)
     
    #3

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