Noche Ilegal

Llueven las tres sobre tu alcoba,
el sueño hierve a fuego lento sobre el fogón,
ya fermentaron tus labios en el silencio
marcando con parsimonia el tictac de tus palabras
sitiadas por el miedo en lo más recóndito de tu corazón.

La carroza de hadas no es una historia real,
la fiesta acabó de madrugada
y el pastor no encontró pastos para tus sueños,
la rana y el príncipe se confundieron,
en su reino hubo un golpe de estado a manos de eunucos castrados
infiltrando sus armas en palacio ocultas en sus taparrabos
y tú los idolatraste como una revolución de amor.

Ahora sólo te queda una oración,
una plegaría para el dios de los antiguos templarios,
el guión de la escena final de una ficción,
coro de lágrimas en el pedestal,
las gárgolas de tus ojos deben desaguar tu vanidad
y en tus manos se han de drenar las quimeras
de está noche ilegal.​