Niebla

Un rasgueo de guitarra
y el monótono tic-tac del reloj
rompen el silencio letal
de unas horas dormidas
en un atardecer cualquiera
de un domingo cualquiera.

Todo acusa soledad a mi alrededor,
el parque de siempre,
vacío, inerte;
el cielo azul grisáceo,
la lluvia transparente,
el eco de unas risas lejanas,
símbolos de una decadencia interior
que se acentúa más cada día.
Pero ya no siento la congoja de antaño,
ni el sabor agridulce de las lágrimas
que rozan mis labios.
Ya no siento ese ansia loca
de huir de mi realidad estúpida,
de iniciar esa carrera sin fin
cuya meta sería tu mano
tendida hacia mi.
Mi refugio ya no son tus brazos
sino yo misma.
Quizás por el amor que te tengo,
o el que te tuve,
ya no quiero compartir mi soledad contigo;
es algo mío,
lo único que de verdad me pertenece.
Tan lejos de mi ahora, más que nunca,
ya no escucho tu risa,
ni espero encontrarte
a la vuelta de cada esquina.

Tan lejos, amor,
tan lejos eres sólo niebla.​

 

Lo has publicado en poemas general, pero sinceramente creo que es un poema de amor y tremendamente hermoso.

Por otro lado cómo no estar de acuerdo con esos versos: Uno mismo es lo único que nos es propio. Lo demás siempre es ajeno por más que uno quiera interiorizarlo, incluso cuando es más importante que la vida propia. Y esa soledad que citas, está siempre allí, en el borde de cada epitelio, en la membrana de cada célula, aunque las salivas se mezclen en las bocas, aunque los ojos no dejen de mirar, durante un tiempo, el mismo techo.

Hermoso poema, Maite. Triste quizá, pero muy hermoso.

Un abrazo, grande.

 

Si quieres puedes cambiarlo a poemas de amor; yo no sé hacerlo. Lo importante del "poema" no es el amor en si sino la soledad.
Hay momentos en los que nadie puede llenar ciertos vacíos.
Se dice que todos estamos solos desde el momento en que nacemos. Mirándolo bien, pienso que hay mucha realidad en esta frase.

No sé como darte las gracias por estar siempre en estos poemuchos que escribo de vez en cuando, y, además, encontrándoles siempre algo positivo.

¡Que bien lo entiendes todo!

Un enorme abrazo!

 

No me gustan los amos, nunca me han gustado. El poema no es lo que parece.
Gracias por el comentario, Maramín.

 

...qué buenos versos, que difícil es ser el único y verdadero amor-amigo de sí mismo, un placer leerte Lightyear.

 

Muy bello, poesía de la experiencia, aprender a vivir nuestras soledades nos hace más libres y serenos. Me ha gustado mucho amiga Lightyear. Abrazote vuela. Paco.

 

No hay gracias que dar, Maite. Yo valoro bastante más en un poema su contenido que su continente, aunque creo que lo ideal sería un equilibrio cuyo resultado final fuera esencialmente profundo y tremendamente bello. Ciertamente que este último término queda muy emborronado y puesto en cuestión por la subjetividad (Tema bien interesante, por cierto).

Es que en lo que escribes siempre hay algo que te salva, que nos salva, de esa gran tristeza que transmites, que creo yo que transmitimos tantos.

Un beso.

 

Es muy, muy difícil, pero supongo que en muchos aspectos merece la pena.
Gracias por el comentario, homo.

 

Si, Paco, aprender de la experiencia es bueno, como lo es aprender a vivir con nosotros mismo, por muy difícil que resulte en demasiadas ocasionas. Tiene razón: nos hace más libres aunque por esa libertad haya que pagar un precio muy caro.

Un abrazo.

 

Debe ser que la tristeza y yo estamos sumamente compenetradas.

 

Muchas gracias. Es cierto que realmente estamos solos desde que salimos del vientre materno.
Las sensaciones buscadas no suelen doler.

 

Me sorprende que estés releyendo lo que he escrito. Sin falsa modestia, me considero bastante menos que mediocre, por lo tanto tus comentarios me halagan a la vez que me dejan un tanto atónita. Hace mucho que no escribo por falta de tiempo. Palabras como las tuyas hacen que vuelva a intentar escribir cuando encuentre el momento.
Un saludo

 

Muchas gracias.