Mis silencios al mimarte

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Cuando el fuego de tus ojos se aproxima,
los poemas se alborotan en mi instinto.
Y te digo, que ajustándome a la rima,
forjaré en tu corazón un laberinto.​

La dulzura con que pulsan tus palabras,
despertando mis deseos amorosos,
es llamado convencido, con que labras
en mi mente, los momentos más dichosos.​

Los suspiros con que siempre me recibes
son la seña indubitable de tu afecto.
Son efluvios con que siempre desinhibes,
las caricias hacia el hombre predilecto.​

Las pasiones, apiladas como escombro
de la lucha interminable del amor,
son sin duda clara muestra del asombro,
con que siempre nos buscamos con primor.​

No vacilo pues en darte mi cariño
con la plena convicción de demostrarte,
la entereza manifiesta con que ciño
a tu cuerpo, mis silencios al mimarte.​