Mi vieja cacerola

Una piedra esta mañana
me rompió el parabrisa
cuando iba para Cotiza
a buscar a mi hermana
porque en la Castellana
están vendiendo caraota
también harina para torta
pero ya no tienen arroz
por el desorden atroz
que ya nadie lo soporta.


¡Dios mío! otra vez la cola
y el sol está caliente
pero tengo que ser conciente
que mi vieja cacerola
que me dió la española
está triste y vacía
porque ésta carestía
la tiene haciendo dieta
ya no entra por la puerta
comida todo los día.


Yo me lleno de tristeza
cuando salgo al mercado
al mirarlo desolado
con síndrome de pobreza
ya no se ve, esa fuerza
de los tiempos anteriores
han perdido los valores
por la terrible desunión
que ha dejado sofocación
a muchos consumidores.

 

La calidad y la inspiración bellísima, hermoso.

 

Décimas que retratan la realidad actual de nuestro país. Lamentable pero cierto. Saludos.

 

que curioso inspirarse en una cacerola?? me ha sorprendido y tu poesía me hizo sonreír y noté lo entretenido que es.