Llaman a mi puerta

¿Por qué esta noche, amor,
a mi puerta golpeas insistente?
¿A quién, a cuál Señor
buscas tú tan ardiente?
Dime, que tu dolor a nadie miente.

Desollada mi piel
soporto pesadumbres y malvivo:
tristísimo anaquel
de miserias cautivo
arrojadiza rama del olivo.

Ahora sajo mi frente
al bruno transitar de tu mirada
que se hace remanente
en tanto está obligada
a ser de todo el mundo pobre criada.

Heme aquí derramado
como un cruel espejismo en el desierto
por Europa olvidado;
por las aguas cubierto
migrante que se ahoga sin su puerto.

Con razones mayúsculas
ABRO mi corazón a tus llamadas
respondo con minúsculas
liras de amor honradas
a tus ojos tan tristes arraigadas.

 

Excelentes y profundas lira nos dejaste, muchas gracias poeta Calimero.
Este esquema estrófico ya había sido utilizado en italiano por Bernardo Tasso. y fue introducido en castellano por nuestro simpar Garcilaso, el éxito armónico de esta estrofa se debe a que responde a la tendencia del renacimiento de encontrar un molde breve al modelo horaciano que pretende imitar. Dámasso Alonso ya dijo de la lira: "Para una poesía de contención y refreno es la medida apropiada"
saludos,
Pepe