Letras de una despedida (En el anden del tren)

Hoy el día amaneció gris,
el sol no resplandece
como suele hacerlo otras veces,
pareciera que llueve
pero no hay agua flotando alrededor,
no hay humedad en el ambiente,
solo estas lágrimas contenidas
en lo profundo de mis cuencas,
se encuentran a punto de rebozar
en el afluente de mis lagrimales.
En el andén de la esperanza
te vi partir, te vi irte en ese tren,
llevabas la frente en alto,
ibas camino a tus sueños
tomando un rumbo preciso,
tenías tu autoestima en lo alto,
sin nadie que te detuviera,
sin nadie que te convenciera,
me quede solo, sentando ahí,
en la banca de los recuerdos,
aquellos que quedaron plasmados
en esa pared de ladrillo del andén,
como un mural de Diego Rivera
así quedaron presentes, cada uno
de los detalles y los recuerdos,
como una diosa o musa desvestida
sobre el altar de tu soltura,
donde eres tú, donde te cohabitas
en la delicia de tu espacio,
donde sueles andar desnuda
por los rincones de tu palacio,
quedó ese mural de tu belleza
en las paredes de mi mente,
te vi partir, te vi perderte a los lejos,
te vi desvanecerte entre la niebla
cuando el tren te llevo consigo,
cuando a lo lejos se hacía chiquito,
hasta que finalmente se hizo la nada
hasta que finalmente…
¡Te perdí para siempre!

Ángel René

​

 

Muy bueno, ranita

 

Una despedida tan dolorosa que logra opacar el día, un poema realmente bello, grato leerle, saludos!

 

Bella melancolía de la ausencia enmarcada en una sensible y lánguida escritura. Un abrazo amigo Angel René. Paco.

 

¡Gracias Lukas!
¡Gusto saludarte!

 

Despedidas que hacen que uno quede ahí, en el anden con la mirada perdida en el infinito, un tren que nunca mas volverá, al menos no con los mismos ocupantes, mientras el día gris y la niebla hacen una tormenta de incertidumbre y circunstancias...
¡Muchas gracias por tu comentario amiga!
¡Recibe un abrazo y un cordial saludo de parte de este servidor!

 

El tren de la melancolía fue el siguiente, y aunque no quería me llevo en su corriente, en su viaje indiferente me vi envuelto...
¡Gracias amigo Paco!

 

Con la mirada perdida en el espacio, queda uno esperando el siguiente tren, el tren de la nostalgía y la melancolía, obligados casi a abordarlo lentamente recorre uno por las vías del recuerdo, por el pasado, como un retroceso en cámara lenta, como un siniestro del destino, así queda uno, como, levitando en el tiempo...
¡Muchas gracias amigo por tu comentario y apreciación poetica!
¡Saludos!