Les saludo...

Buena Luna,

Sólo deseo que me lean, porque yo creo que si leer es vivir, puedo tener esperanza.

Les contaré mi historia...de hace 13 años:

Recuerdo que solía estar casi siempre solo, y en el colegio solo tenía un compañero, el mismo que lidiaba con mi enfermedad naciente, no les niego que en ocasiones deseaba caminar y correr como el resto de jóvenes (todo para obtener la aceptación social típica de la adolescencia). En mis espacios de soledad sucumbí ante mi realidad, y fui creando visiones imbuidas de misantropía, estas ideas se alimentaron de morbo, arrogancia, hipocresía, mentira, odio, maldad, perversidad...éstas y más fueron las facetas preferidas por la Humanidad, para influenciarme y llenarme de estoicismo hacia esta puesta escénica en donde los actores del teatro barato llamado existir (personalmente), participan como una reunión de chacales excitados por el aroma a derrota. Tuve varias cirugías en el lapso de 3 años, por lo tanto mi soledad se hizo inminente, aleje los compañeros y otros, se limitaban a olvidar a aquel individuo enfermizo. Comencé asi pues con la escritura consciente más no constante, y en este punto sólo me limitaba a leer y escuchar música, muchas canciones y textos hacían mi espina vibrar con sensaciones indómitas, de este modo aprendí a despertar mi numen tan sólo con recordar la decadencia, la melodía y la falacia Humanas. En el presente, una década después poseo la ideología de un egoísta, amante del veneno, y la muerte…deprimido, lucido, envidioso…pero apasionado, sensitivo y muchas veces pintoresco, que evita la realidad, y espectador de la muerte quién le observa como la dádiva del padecer progresivo (hay denominaciones distintas), enfermo y cada vez siento “Siento el porvenir rabioso”, me incomoda el hecho de vivir y recordarme discapacitado. No es mi ambición catalogar mis textos bajo un estilo o tendencia, los considero cómo reflexiones, epifanías, sensaciones catárticas, pesadillas o sueños…es la realidad del lector con los influjos del delirio, la tonada del amanecer póstumo, el lastimero episodio de la soledad, la desnudez del verso transformado en utopía, ¡Como el molde de lo infinito creado por el baldío espacio del Hombre cuando lamenta el dolor del pasado!

Barzagath, Buena Luna.