le di la espalda y me volvi

En el mismo parque, en la banca fría
junto al viejo árbol donde escribí un día,
un verso de Bécker la vi pensativa.
Fue casualidad, después de tanto tiempo
volver a encontrarla en mi camino,
yo que creí que jamás sucedería
sucedió esta tarde de abril.
Era distinta a la mujer que amé un día
pareciera que un tormento marchitó su lozanía;
la vi y simplemente atiné a mirarle a los ojos
darle la cara como ella lo hacía,
mas, sin pronunciar palabras,
le di la espalda y me volví.
Sentí nublarse mis sentidos,
caerse el mundo sobre mi
con pasos temblorosos logré sortear las avenidas,
y alejarme sin fin.
Para que hablar?
Para que si ya no es momento?
Para que recordar su falso juramento?
Quedará flotando en el aire
todo cuanto no pudimos decir.
Pasado aquel encuentro
después de respirar pausado y hondo,
sequé mis lágrimas con el pañuelo
que su mano bordara para mi.
Rompí el silencio y sin dudarlo
eché al olvido su recuerdo,
alcé la frente y me vestí de orgullo
e ignorando que esa tarde la encontrara ,
le di la espalda y me volví.