Lavanda

Seguías de puta, mientras mis neuronas se crispaban y al final, solo parecían gargantas de humo evocando polos sin ningún sentido. Si, seguías haciéndolo, seguíamos gastándonos el dinero en droga y zapatos y camisas demasiado caras, justo cuando estábamos más que convencidos que la educación recibida en la universidad, lograría el milagro de convertirnos en tipos listos. Hubiera preferido no iniciar a tejer palabras aquí, da igual, nos dan por el culo, no hacen eco, no son cosas bonitas, científicas, no son una alegoría de la vida utópica, no son letras de canciones. A ti te gustan los hombres pelones, con barba y verga dura, como taladro y que no sean groseros y que no echen chispas por los dientes, ni que hablen de surrealismo y que por una puta vez en su puta perra vida de mierdas flores mediocres y antipáticas se conduzcan a una tienda de hamburguesas y coman normal lo que les sirven y realizan su pinche tarea y vuelvo a decir, a recalcar de manera subliminal: hombres que tomen las riendas de su vida, no sean nihilistas, marxistas, capitalistas, no escriban poesías ni relatos y que no tengan madre.

¿te has dado cuenta amor? Con tan solo escribir unas escuálidas líneas ya se te hincha el glóbulo derecho y te sientes escritor, inmune, todopoderoso, como un gran genio que se mete un cuchillo entre las venas y se aprieta las costillas con una grúa, mientras se pone a cavilar dentro de una idea estúpida, se que te has dado cuenta lo bonito que suena construir castillos de vulgaridades para después orinarse sobre los argumentos. Lo percibo, como puedo jurar que las tripas de vapor salidas de tu pequeña taza de café, son también paracaídas roídos, tristes, palabras blancas entre dos hombres con armónica al labio. ¿Tienen cejas? ¿Tienen fragancia y cordura al intentar un salto hacia el cielo? Debo confesarte, que ayer, cuando aún el cielo tenía el molde de una cabeza sembrada de amapolas violetas y rubíes, me puse a jugar con un espejo, abriendo la llave del fregadero y buscando tus formas de mujer negra, tus signos africanos ya desteñidos por la teoría de los ojos azules y la variable del teléfono y la internet, ¿y te encontré? ¿Quieres saber a detalle si ahí mismo me quite la ropa, me bese el cuerpo, te escupí la piel y cerré los ojos?

 

hacía mucho qu eno pasaba por acá, te pido disculpas


como siempre tu prosa me deja cn buen sdabor de boca

excelente


un abrazo fuerte