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Las leyes por la que los hombres se rigen

Tema en 'Ensayos' comenzado por Alde, 11 de Junio de 2025 a las 2:23 PM. Respuestas: 2 | Visitas: 98

  1. Alde

    Alde Miembro del Jurado/Amante apasionado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    Si bien estas tres leyes son las reglas morales del bien y del mal: la primera, la ley de Dios; segundo, la ley de las sociedades políticas; y tercera, la ley de la moda o de la censura, y son aquellas con las que los hombres comparan sus acciones; y es por la conformidad que esos actos guarden respecto a una de esas leyes por la que extraen la medida cuando juzgan sobre su rigor moral y cuando denominan a sus acciones buenas o malas, las leyes a las que los hombres generalmente hacen referir sus acciones, para juzgar sobre su rectitud o torpeza, me parece que son estas tres: 1) la ley divina; 2) la ley civil; 3) la ley de opinión o de reputación, si se me permite denominarla así. Por la relación que guardan las acciones con la primera, los hombres juzgan si son pecados o deberes; por la que guardan con la segunda, si son criminales o inocentes; y por la que mantienen con la tercera, si son virtudes o vicios.

    La ley divina es la medida del pecado y del deber
    Primero. Por la ley divina entiendo la ley que Dios ha establecido para las acciones de los hombres, sea esta promulgada por la luz de la naturaleza o por la luz de la revelación. Pienso que no existirá nadie tan estúpido que niegue que Dios ha decretado unas reglas por las que los hombres deben gobernarse. Él tiene el derecho de hacerlo, desde el momento en que nosotros somos sus criaturas; y tiene bondad y sabiduría para dirigir nuestras acciones hacia aquello que mejor nos conviene, y el poder para hacer efectiva su ley por medio de premios y castigos de un peso infinito, en la otra vida, porque nadie puede sacarnos de sus manos. Esta es la única piedra de toque de nuestra rectitud moral. Y comparando sus acciones con esta ley divina es como los hombres llegan a juzgar sobre el mayor bien moral o el mal moral supremo que pueden encerrar unos actos, es decir, cómo pueden juzgar si, en lo que se refiere a deberes o a pecados, pueden llegar a que el Todopoderoso les haga partícipes de la felicidad o de la desgracia.

    La ley civil es la media de los crímenes y de la inocencia
    En segundo lugar, la ley civil, que es la norma establecida por la comunidad para las acciones de los que pertenecen a ella, es otra regla por la que los hombres juzgan sus acciones, estableciendo si son o no acciones criminales. Esta es una ley que nadie descuida: sus recompensas y castigos que la avalan están a mano, y guardan proporción con el poder de quien la promulga, es decir, con la fuerza que tiene la comunidad para defender sus vidas, las libertades y los bienes de aquellos que viven de acuerdo con sus leyes y que tienen el poder de privar de la vida, de la libertad y de los bienes a quienes las violen; éste es el castigo de quienes atentan contra esta ley.

    La ley filosófica es la medida de la virtud y vicio
    En tercer lugar, la ley de la opinión o la reputación. La virtud y el vicio se suponen que son nombres que significan acciones buenas o malas por naturaleza, y en la medida en que así se apliquen estos nombres coinciden con la ley divina, más arriba mencionada. Sin embargo, sean cuales fueren las pretensiones que sobre esto haya, lo que podemos observar es que estos nombres de virtud o de vicio, en los casos concretos de su aplicación entre las diversas naciones y sociedades, de los hombres de todo el mundo, se atribuye constantemente sólo a aquellas acciones que, dependiendo de cada país o sociedad, tienen una reputación o un descrédito. No debemos pensar que sea extraño que los hombres, en todas partes, den el nombre de virtud a aquellas acciones que entre ellos se estiman dignas de alabanza y que denominen vicio a otras que tienen por censurables, ya que, de lo contrario, se condenarían a sí mismos al estimar por bueno lo que no admiten como recomendable, y al considerar malo, lo que dejan pasar sin ninguna censura. De esta manera, entonces, de la medida de lo que en todo lugar se denomina virtud o vicio, sea esta aprobación o censura, alabanza o crítica, que por un acuerdo tácito y secreto se establece entre las distintas sociedades, tribus y conjuntos de los hombres, en todo el mundo, y en virtud de lo cual varias acciones llegan a merecer el crédito o la crítica entre ellos, según los juicios, máximas o modas de cada lugar. Porque, aunque los hombres que se reúnen en sociedades políticas hayan renunciado a favor de la comunidad al empleo de todas sus fuerzas, de manera que no puedan usar de ellas contra otro ciudadano más allá de lo que la ley del país establece, sin embargo, todavía tienen el poder de pensar bien o mal, de aprobar o desaprobar los actos de aquellos entre quienes viven o con quienes tienen relaciones, aprobación o desaprobación por las cuales se establece entre ellos lo que denominan virtud o vicio.
    JL
     
    #1
    A dragon_ecu, Eloy Ayer y Sasha. les gusta esto.
  2. Alde

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    Resumen

    Estas son las leyes fundamentales que rigen el comportamiento humano en relación con la moralidad.
    Cada una de estas leyes sirve como un marco de referencia a través del cual las personas evalúan sus acciones, determinando si son buenas o malas, así como su naturaleza moral.

    La ley divina es un conjunto de normas establecidas por Dios para guiar las acciones humanas.
    La ley civil es el conjunto de normas establecidas por una comunidad que regula las acciones de sus miembros, determinando qué conductas son consideradas criminales. Es fundamental para el funcionamiento social, ya que todos deben cumplirla debido a las repercusiones que conlleva su transgresión. Define un orden y establece sanciones para los infractores, garantizando así la seguridad y el bienestar colectivo.
    La ley de la opinión o la reputación establece un consenso implícito que guía las valoraciones morales de los individuos. Por lo tanto, lo que es considerado virtuoso o vicioso varía con el tiempo y el lugar, siempre teniendo en cuenta la importancia del entorno social en la formación de juicios éticos y morales.
     
    #2
    A César Guevar y dragon_ecu les gusta esto.
  3. Alde

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