Las cartas sobre la mesa

Todas mis cartas están sobre la mesa,
abiertas, sin trucos ni trampas,
una de cada una, ni pares ni tercias,
ni imperiales, corridas, ni proezas.
Es lo que todos dicen,
dicen que soy una rareza,
un ópalo pulido por el vaivén
de la vida, de sus asperezas.
Todas las cartas sobre la mesa,
para que no haya malosentendidos.
Abrí mi corazón al corazón de tus sentidos
con el riesgo inminente de encontrar olvido.
Aquí me tienes, transparente, vulnerable,
quizá errando por haber, un poco, la razón perdido.
Aquí me tienes plantada como un árbol
o si lo deseas, volátil como un suspiro.
Ten en cuenta muy bien lo que te digo
que lo que decidas hacer al final conmigo
marcará mi existencia en este viaje
en el que no pude evitar encontrarme contigo.
El futuro de mis emociones mutará, inadvertido;
involuntariamente aunque con la consecuencia de lo que decido
ahora, que es poner mi fe en tu cometido:
sea huella o cicatriz lo que me dejes
en el dulceamargo deleitar de mi tempestuoso destino.