Las apariencias engañan

Aquí como estatua erguida,

Sofocada por el mismo sol,

¡día tras día!

A merced de las mañanas frías,

El musgo crece…

como lepra sin cura.


Solo,

el zamarreo imprevisto de la tierra dura,

Puede,

¡acrecentar los ojos! Y ¡vaciar los besos!


Besos,

que se maceraron con el tiempo.

Con el sabor a roble de viejos tiempos


Debajo,

de la ternura fosilizada,

Encontraras mi mano tibia.

Y mi boca inquieta y silvestre.​

 

Bellos y hermosos versos.
Un placer leerte

 

Hermosura perfecta de bellos versos.

 

Gracias por tus palabras

 

Gracias por tus palabras

 

Buenas imágenes, excelente forma de expresar tu sentir
encantado de recorrer tu poesía
saludos

Edward

 

Un poema sin mas apariencias que engañen... Estos versos que cito me parecen exquisitos, porque le dan a los besos el sabor embriagador de un buen añejo. Encantado de leerte Marcia. Un fuerte abrazo.

 

gracias...mil saludos para ti

 

Gracias por comentar mi poema...saludos

 

Dentro de la piedra bulle el amor, ¡ se la reconoce dura pero puede ser tan frágil !
Saludos

 

El poema es una delicia poetisa amiga,
lo que permanece bajo la piel se me asemeja como
una incitación para imaginar lo que se esconde.
Besos MARCIA, ha sido un placer leerte.

 

gracias por comprender la esencia de este poema...saludos amigo poeta

 

gracias por tus bellas palabras que dibujan la esencia de este poema...mil saludos