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La Soledad del Muerto

Tema en 'Poemas Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Ángel San Isidro, 23 de Mayo de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 374

  1. Ángel San Isidro

    Ángel San Isidro Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hombre

    La Soledad del Muerto

    Existía en un remoto pueblo de la geografía española,
    un hombre que había cumplido los ciento nueve años de edad,
    se casó muy joven con la mujer que satisfacía todos sus románticos anhelos de amor en su época de juventud,
    su matrimonio que duró setenta años,
    donde había tenido diez hijos, seis mujeres y cuatro hombres que le proporcionaron una enorme descendencia,
    entre nietos, bisnietos y tataranietos, había conseguido reunir a su alrededor una gran prole de familiares que se desperdigaban por todo el país, de su añorada España;

    Cada poco tiempo recibía las visitas de sus hijos,
    algunos ya eran muy mayores para con sus hijos y nietos visitar y alegrar la vida del venerable anciano,
    toda su familia esperaba con impaciencia que el anciano cumpliera los ciento diez años, pues nunca se supo en su querida España que nadie llegara a cumplir los años que el cosechó durante su larga y placentera vida,
    había conseguido que los periódicos, las radios y las televisiones de su país hablaran de el y le filmaran en su vieja casa, donde vivía rodeado de recuerdos de su pasado y de su juventud;

    El cumpleaños del afanado hombre
    era el diez de enero de ese año, y estábamos en noviembre del año anterior, cuando al viejo y paupérrimo hombre emitió un pequeño grito de dolor y con una misteriosa sonrisa se dejo mecer en el sueño de los muertos;
    Durante toda su vida terrenal siempre había tenido la compañía de sus hijos, luego llegaron los nietos y después los bisnietos, y más tarde los tataranietos, nunca se había llegado a sentir completamente solo, pero la muerte le llevó por caminos muy diferentes;

    El alma del viejo hombre se hallaba en un lugar que no sabía ni podía reconocer, se sentía inmerso en una burbuja de sentidos que su alma no podía satisfacer,
    allí no existían sus hijos, ni los nietos y bisnietos que en su vida terrenal le dieron tanto placer espiritual, tampoco se hallaban sus tataranietos que siendo tan pequeños casi nada de la vida podían comprender;

    Cuando llegó a darse cuenta de que estaba completamente solo en su prematuro y tranquilo amanecer,
    revisó su pasado y con las buenas sensaciones de sus recuerdos, se quedó extasiado y a punto de florecer,
    estaba en su mundo imaginario a punto de fenecer,
    cuando oyó una voz que provenía de ancestrales lugares y le hicieron comprender;
    La voz le dijo; Aquí estas muerto pero tus sueños futuros nunca dejaran de ser sueños para con tu alma infinita convertirse en un lujo del verdadero placer,
    tú representas la soledad del muerto, que nunca a sus sueños pudo escuchar...ni vencer.

    Autor: Ángel San Isidro
    Todos los Derechos Reervados


     
    #1
    Última modificación: 23 de Mayo de 2015
    A Jose- Miguel y homo-adictus les gusta esto.

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