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La serenidad del Maestro

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por poetakabik, 28 de Julio de 2025 a las 4:21 PM. Respuestas: 0 | Visitas: 14

  1. poetakabik

    poetakabik Poeta que considera el portal su segunda casa

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    El sol despuntaba en el horizonte, tiñendo las colinas con tonos dorados que anunciaban un nuevo día. En el interior del dojo, un hombre de avanzada edad permanecía sentado en posición de loto, inmerso en un profundo silencio. Su respiración era tranquila, como las aguas de un estanque sin perturbaciones. Era conocido como el Maestro, un hombre cuya sabiduría y dominio sobre sus emociones inspiraban a todos los que acudían a él.

    Esa mañana parecía igual a tantas otras, pero pronto llegaría una prueba inesperada.


    La Prueba de la Ira

    Un joven aprendiz irrumpió en el dojo con el rostro marcado por la rabia. Había sufrido una humillación pública en el pueblo y la ira ardía en su interior.
    —¡Maestro! —exclamó con un grito desgarrador—. ¿Cómo es posible mantener la calma cuando todo parece conspirar contra uno?

    El Maestro abrió los ojos con lentitud, como si el tiempo mismo respetara su pausa. Con un gesto sereno, indicó al joven que se sentara frente a él.
    —Respira —le dijo simplemente.

    El joven obedeció, aunque su frustración todavía lo dominaba. Después de unos minutos, su respiración se calmó, aunque la rabia aún no lo abandonaba por completo.

    —La serenidad —dijo el Maestro con voz suave— no consiste en eliminar las emociones, sino en permitir que existan sin ser arrastrado por ellas.

    De repente, el Maestro tomó un cuenco de agua y lo volcó sobre sí mismo. El líquido frío empapó su túnica y recorrió su piel con total naturalidad.
    —¿Qué sientes al verme así?

    El joven, desconcertado, respondió:
    —No lo entiendo. ¿Por qué harías algo tan absurdo?

    El Maestro esbozó una leve sonrisa.
    —Cuando algo inesperado ocurre, nuestra mente intenta etiquetarlo: absurdo, ofensivo, molesto. Pero esas etiquetas son cadenas. ¿Qué pasaría si simplemente aceptaras lo que ves, sin juicio?



    La Prueba del Miedo

    Al día siguiente, un grupo de hombres armados llegó al dojo, reclamando una deuda que el Maestro supuestamente debía desde hacía años.

    —Viejo, hemos venido a cobrar lo nuestro —dijo el líder con un tono amenazante.

    El joven aprendiz sintió cómo su cuerpo se tensaba y su corazón se aceleraba. Miró al Maestro, esperando ver en su rostro algún signo de preocupación. Pero el Maestro permaneció sereno, sin el más leve rastro de miedo.

    —Si algo os pertenece, os lo entregaré —dijo con calma.

    Los hombres registraron el lugar sin encontrar nada de valor. Frustrados, lanzaron amenazas antes de marcharse.

    El joven, aún tembloroso, preguntó:
    —¿Cómo pudiste mantener la calma?

    El Maestro respondió con sencillez:
    —La verdadera libertad viene de entender que nadie puede arrebatarte lo que realmente eres. Podrán llevarse tus posesiones o tus comodidades, pero tu serenidad y tu esencia son tuyas, y solo tú decides cómo preservarlasg

    La Prueba del Dolor Físico

    Un día, mientras entrenaban, el Maestro cayó al intentar demostrar un movimiento complejo. Su tobillo se torció visiblemente, y el dolor se reflejaba en su rostro. Aun así, no perdió la calma.

    El joven corrió hacia él, alarmado.
    —¡Maestro, déjeme ayudarle!

    El Maestro, sentado en el suelo, le indicó que se detuviera.
    —Primero, respira conmigo.

    Mientras ambos sincronizaban su respiración, el Maestro habló con serenidad:
    —El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Si lo aceptas sin resistencia, pierde su capacidad de dominarte.

    Un médico fue llamado, y el tobillo del Maestro fue tratado. Durante todo el proceso, permaneció tranquilo, agradeciendo al médico con una sonrisa genuina.


    El Legado de la Serenidad

    Con el tiempo, el joven aprendiz maduró y se convirtió él mismo en un maestro. Cada desafío que enfrentó lo hizo recordar las enseñanzas de aquellos días: que la serenidad no era la ausencia de emociones, sino la capacidad de observarlas, aceptarlas y dejarlas ir.

    En su dojo, compartió estas lecciones con otros, ayudándolos a encontrar su propia paz interior. Aunque el Maestro original ya no estaba, su legado vivía en cada palabra, en cada respiración, en cada acto de calma frente a la tormenta.



    Moraleja

    La serenidad nace de aceptar la vida tal como es, sin resistencia ni juicio. Al observar las emociones como nubes pasajeras, encontramos en nuestro interior la libertad y la paz que ningún desafío externo puede arrebatar.
     
    #1

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