La niña de Babel

Infinitamente temprano caíste dentro de la fortaleza,
sin ver más allá, te absorbió el reflejo de un sueño,
ahora,
vives en mí como un río, como un aire de montaña, como la idea de una noche larga,
vives en mí travieso y dulce, susurrante e imponente, mágica y misteriosa.

Tu legua extranjera me remonta a un Babel sin confusión,
una cuidad virgen, la que -vive-habita-me vive-aquí vivo-
es tu esencia el rastro a seguir sobre las nubes
y ascender
a la era del Edén.

Tu receta para confeccionar milagros
levanta sospechas en mi imaginación,
he contado mis dedos
y sé que me faltan preguntas,
la altura disipa las dudas.

Mi sombra se aleja para dejarle aliento a tu canto,
he oído tu voz como eco en mi cabeza
sin poder recordar desde cuando vives en mí.

Todo acerca de ti, todo cerca de mí,
hoy
lista para ir a dormir
la niña se levanto la falda.

Vives en mí, como río, profundo, sueño, profundo, reflejo, profundo.

*La niña sin su falda pudo culminar el sueño de Babel.