La huerta

Visitaba en sueños
un enorme jardín cultivado,
llenos sus alrededores
de un eterno verde esmeralda... Impresionante,
al centro de este paraíso existía una pequeña casa,
era en verdad una choza, una cabaña de ensueño,
que inspiraba la realidad de un amor infinito...

Tenía un cobertizo al frente,
un portal,
como todo aquello construido por los sueños,
de maravilla...
había jacarandás en plena floración,
parras de las cuales colgaban innumerables racimos
de uvas, incitantes exquisitas,
como se presentaban igualmente tus labios
y tu cuerpo entero...

Había una fuente
con un manantial
que brotaba en forma directa
el surtidor emanaba
desde el centro de la tierra misma,
se remataba con un caracol...
Precioso,
existían fucsias silvestres
con unas divinas campanitas
de un color rojo fuego, natural...
Y se respira una ambiente impregnado
con aromas de jazmin...


Como si fuera
una destilación de amor, puro...

Entremos pues
a este edén,
unidos eternamente, y tomados de la mano...



José de Jesús




​

 

Dulce y encantador poema querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...

 

Parral seriamos muchos los que querriamos entrar...aun sin pareja, como amigos de la mano, en un paraíso así.
Bendiciones.

 

Gracias, amiga hermosa... Un beso para ti, en este precioso domingo.


Saludos.


José de Jesús

 

Belíisimas tus palabras Pili, te las agradezco con todo mi afecto..

Recibe un saludo.

José de Jesús