La gratuidad del deseo

Hay una alternativa que tampoco deseo, recalcitrante
destino de enemistades sucedáneas de un río templado
con agua de verde oliva.

Empujo la mesa hacia adelante y salgo del atolladero
intentando respirar, bocanadas de aire indemne
atraviesan mis pulmones, que recuperan su primitiva
forma de matraces antiguos.

Puede que la suerte no haga luz de gas por las esquinas
del silencio, puede que divise el centro
del ojo de la serpiente,
puede que otra vez ahuyente a la muerte.

 

Hicieron brotar estrellas de mis ojos... Las cuales recojo y te las entrego... Un gusto Susi poder leerte nuevamente... Me asesinas?

 

Secuencias irreales difuminan la luz y nos gritan en silencio dilatando el túnel. Siempre hay luz... hasta en la muerte.

Estrellas Bella

 

Bello poema, como todo lo que pare tu cabeza y escribe tu pluma, aunque quizá ese empujón a la mesa sea una forma excesivamente violenta para salir de un atolladero probablemente no tan perjudicial. Afortunadamente la poesía nos permite figuras espectacularmente bellas para expresar una angustia al igual que un alivio. La vida real nos empuja a utilizarlas con frecuencia.
Te superas en cada poema, felicidades.
¡Besos!

 

Hate, feliz por tu paso por aquí. Un beso.

 

Lo sé, huellas, lo sé... pero el objetivo es manejar la vida, que la muerte ya vendrá.
Besos.

 

Gracias por tus cariñosas palabras, tanito, no sabes cómo las agradezco. Mil besos, poeta.

 

Hola
Una puertecilla abierta
por donde se filtran las bocanadas
de aire,
Grato leerte Saludos y estrellas
¡SONRIE

 

La luz nunca dejara de encontrarse mi querida Susi, hermosos versos con tendencia vanguardia y algo surrealista, en tu mejor estilo. Saludos y estrellas. Besos con cariño.

 

Sí, bonita, alguien se olvidó de cerrarla y a mi me vino muy bien jejeje.
Besos.

 

Eso mismo pienso yo, Yaneth. Si existe lo oscuro, las luces también existen. Besos.