La flor y el vampiro

La teñida flor de primavera dirigìa las consoladas causas de su pasìon, por un brocal de su figura ecuestre, se maldecìa, tomando champàn en sus juergas nocturnas y insultando al joven ecuànime que le asediaba, buques insignes de trompas que su salud no evitaba, y llamas de fuego corporal fustigaban esta bella caìda. y un vampiro, con papiros, se claudicaba al destino de la risa facilona, y empeñada en tales causas, fue que fue de rumbas con el vampiro chupasangres, tenebroso y arrogante, misterioso y chabacano, bebedor de toneladas y cautivador de teñidas flores consoladas.
y fuè que la condiciòn del adulterio , es si mismo, no consiguiò, por sus buenas costumbres, de señora y buena bebedora, que la alegrìa durò poco, de verse saltando, por cementerios vivientes, encima de su cadavèrico compañero, cogièndole por el cuello, con sus fauces de leon hambriento, y afilados colmillos, la señora no pudo evitar una chupadita, de tales efluvios carroñeros. era un dìa oscuro y frìo en un vil cementerio, donde debajo de la tumba de un ciudadano moderno y recien sepultado, en esta accion vampiresca, a esta señora sin parangòn, fue que bebiò dos litros de colonia y la causa era un medio, y el medio un fin, de verse a ciegas y encerrada por 4 caminos que llevaba al pueblo y tener que decir que No¡¡¡ a un hombre de capa y colmillos, ataviado con visera y gargantillas, a cada cual mas elegante, que no disimulaba su apariencia de bisuterìa, y lentejuelas de capa bienhechora, que tal dama no pudo disimular su encanto, y el No se conviriò en un Sì rotundo y seco.

 

Maravilla de letras intrigantes muy bonitas, un texto excelente.