La desdichada ( para mary )

La deje en la puerta y me fui para no volver,
no supo que no no volvería,
paso un perro, paso una monja,
paso una semana y un año;


Las lluvias borraron mis pasos,
se lleno de grama mi calle,
y uno tras otro como piedras,
siguen cayendo los años sobre su cabeza;

Se incendio toda la pradera,
los dioses amarillos de hace milenios,
salieron del templo en pedazos,
en donde estuvo la ciudad;


La cama en que dormí,
las plantas rosadas,
las hojas con prismas,
de manos gigantes;

Solo quedaron cenizas,
hierros torcidos infernales,
una negra mancha de sangre,
¡Y aquella mujer esperando!

 

Pobre mujer,
parece que en verdad
quería verla sufrir...
Buen poema,
saludos.

 

Gracias Dark, por tu comentario, y en realidad , nunca quise, verla sufrir, cada quien se labra sus vivencias...
Un beso