La crisis

Lágrimas humilladas corretean
por los surcos de un rostro ido;
apuradas manos recobran lo abatido
secando las perlas de sal que serpentean.

Sufrimiento controlado ante el gentío,
queda libre y rebelde en la soledad, impío;
rabia contenida desfigura la belleza de su faz
con gestos que caricaturan de forma voraz
la digna lindeza de su inquietante,
angustiado y desolado semblante.

Esperanzadas palabras de consuelo
cuentan a su hijo que esté tranquilo,
disimulando que penden de un fino hilo​
que lograran en poco remontar el vuelo.

Verdad enmascarada con suave acento
duele tanto como una vida desengañada,
la realidad de las facturas y el sustento,
vapuleada por la tempestad condenada.

El tiempo castiga con miseria selectiva,
un trabajo que no viene y una salud que se evapora
sueños e ilusiones sin futuro ni disyuntiva,
sumisos al destino de un viento que reparte espora.​

 

este tipo de crisis acarrean más a la sociedad que está a sus pies, grato leerte de nuevo

 

Profundo y reflexivo. Saludos de tu amigo A.G.

 

Gracias Marian, para mi es un honor ser leído por ti!

 

Gracias, tu alma si es grande, amigo!

 

En realidad la crisis no es de las personas sino de las cuentas bancarias y económicas, del capital. Sucede que quienes deben hacer frente a esa crisis somos quienes hemos alimentado el sistema, de tal forma, que el propio sistema se realimenta exprimiéndonos para seguir con vida. Y así seguiremos hasta que nos demos cuenta que no hay que salvar al sistema sino destruirlo...

 

Miseria selectiva... Cierto la injusticia nos rodea, un saludo y abrazo

 

Bella obra, realista y triste. Un placer leerte. Besos con cariño.