La ciudad de la ausencia

En la ciudad de la ausencia,

donde todo es mentira,

una moneda sin cara,

rueda por las escaleras del tiempo.

Su eco, un hueso de vidrio,

se quiebra en las orillas de la duda.

El sabor de la verdad

es un metal frío en la lengua,

un jardín de espejos rotos,

donde cada reflejo es una pregunta,

y el silencio, un mapa sin leyenda.

Un grito de luz, sin boca ni garganta,

dibuja su forma en el aire que no existe.

Las raíces de lo inaudible,

la buscan en el hueco de lo que no fue.

La verdad no tiene sombra,

es un pájaro sin alas,

un número sin valor,

la llave de una puerta que no se abre,

y el nombre de un color

que nadie puede ver.


¡La verdad coexiste entre la mentira, dentro de esa ciudad!​

 

En esta ciudad de la ausencia, se oyen los pasos de los que fuimos y no supimos sostener.
Tu poema camina como un eco por esas calles vacías,
como si cada palabra buscara a su sombra en las paredes húmedas.
Gracias por dejar este silencio escrito.
Desde la colmena, te leemos.