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La cena

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por F. CABALLERO SÁNCHEZ, 21 de Enero de 2014. Respuestas: 4 | Visitas: 368

  1. F. CABALLERO SÁNCHEZ

    F. CABALLERO SÁNCHEZ Poeta recién llegado

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    Quiero invitarla esta noche
    a cenar, a donde quiera,
    a esa mujer que, hace tiempo,
    se va llenando de ojeras,
    que calla como una santa,
    que no suspira una queja,
    que nos transmite en la sombra
    su cariño y su prudencia;
    esa mujer admirable
    que es todo amor en esencia;
    que nunca fue sacrificio
    su dedicación, su entrega,
    para criar a sus hijos
    con ternura y con paciencia
    y aunque aparece cansada
    siempre la verás dispuesta
    para cuidar a los nietos;
    y calla porque no crean
    que es egoísta queriendo
    y hay que quererla… a la fuerza:
    ¿Te imaginas de quien hablo?
    Amor mío, de tu suegra,
    de mi madre, que me olvido
    muchas veces de atenderla.
    Quiero llevarla yo sólo,
    para que me tenga cerca
    y palpite con el hijo
    que, al fin, se acuerda de ella;
    porque el tiempo va pasando
    y, con las prisas, se dejan
    ciertas cosas importantes,
    cosas que nunca debieran
    ni olvidarse ni dejarlas
    para ocasiones postreras…
    como el amor de una madre
    que es la joya más auténtica.
    Si preciosa es cualquier joya
    ésta es… la más perfecta.
    Mañana te contaré
    cómo transcurrió la cena.
    o0o
    Como había llamado ayer
    diciendo que iba por ella
    para cenar, ir al cine
    o ir donde ella quisiera,
    cuando llegué… me esperaba
    algo nerviosa en la puerta.
    Tenía puesto el vestido
    y el abrigo de etiqueta,
    el que apenas si se pone
    si no es por alguna fiesta.
    Y tan bien quiso arreglarse
    que buscó a la peluquera
    y le pidió le pusiese
    todo el arte en su cabeza.
    Su gesto era radiante,
    su alegría era inmensa:
    me dio dos besos sonoros
    que me llenó de vergüenza…
    (¡Vaya vergüenza de tonto
    porque su madre lo besa!)
    A sus amigas les dijo,
    (y si se calla, revienta),
    que saldría aquella noche
    a pesar de sus dolencias
    invitada… por un hombre…
    ¡en una cita secreta!
    Y las dejó… con la intriga
    por no decirles quién era.
    Y se colgó de mi brazo
    como hacen las mozuelas
    felices y enamoradas
    del galán que las requiebra.
    La llevé a aquel restaurante
    romántico de nuestra época
    aquel del rincón coqueto,
    y a media luz ¿lo recuerdas?
    Ella no podía leer
    el menú de nuestra cena:
    -Se me olvidaron las gafas-
    dijo en voz baja, coqueta.
    Es por eso que ella quiso
    que el menú se lo leyera.
    Yo creo que no me oía
    leyese lo que leyera:
    me miraba atentamente
    casi con la boca abierta…
    Fue una velada magnífica
    que recomiendo a cualquiera…
    a cualquiera que se precie
    de tener la madre cerca
    y la quiera agasajar
    con una sencilla cena…
    que las madres lo agradecen
    como si fuera una fiesta.
    Te aconsejo, amigo mío,
    si tu madre no está enferma
    y la ves desenvolverse,
    con achaques, pero entera…,
    y antes que el viento o… la Parca
    te la arrebate a la fuerza;
    y antes que sólo te quede
    la sombra de su presencia
    y su imagen la adivines
    como sombra que se aleja,
    y antes que lamentes luego
    no haber tenido con ella
    ese merecido instante,
    que, sin querer, todas sueñan
    sin importar el tamaño
    del regalo o la sorpresa,
    como abrazarla y besarla
    en un instante cualquiera,
    y antes de que ya sea tarde
    y la recuerdes con pena
    y no tengas, como yo,
    que mirar a las estrellas
    para pedirle a mi madre,
    que perdone mi pereza…
    Llévala a cenar ahora
    ¡ahora!... que está tan cerca,
    y la mimas con abrazos
    que, por no darlos, te pesan
    el día que la recuerdes
    y quieras… pero no puedas,
    y te maldigas del día…
    que evitaste, por vergüenza,
    el darle un beso a tu madre
    delante de compañeras.
    Y hazme caso, buen amigo:
    ¡Tu madre siempre te espera!
    Y será aún más feliz
    si, además, de que la besas,
    te la cuelgas de tu brazo
    y la invitas… ¡a una cena!
     
    #1
    Última modificación: 19 de Abril de 2014
    A lluvia de enero y (miembro eliminado) les gusta esto.
  2. lluvia de enero

    lluvia de enero Simplemente mujer

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    Me encanta tu poema, F. Si bien no lo encuentro triste es, sin dudas, muy emotivo. Ha sido más que grato leerte.


    Gracias!
     
    #2
  3. LaBellaSarita

    LaBellaSarita Poeta que considera el portal su segunda casa

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    No cabe duda que la pluma iba cargada de inspiracion llena de nostalgia y melancolia. Muchas gracias por compartir tan bella obra. Saludos
     
    #3
  4. F. CABALLERO SÁNCHEZ

    F. CABALLERO SÁNCHEZ Poeta recién llegado

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    A LaBellaSarita: Me produce satisfacción que hayass disfrutado con "La cena". Un afedtuoso saludo. F. CABALLERO
     
    #4
  5. F. CABALLERO SÁNCHEZ

    F. CABALLERO SÁNCHEZ Poeta recién llegado

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    A LLUVIA DE ENERO: Gracias por tus elogios. Un cordial saludo. F.CABALLERO
     
    #5

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