La casa embrujada

Acompañó mis pasos la curiosidad de hombre
y en medio de la noche lúgubre y siniestra
alzóse la silueta de casa de las piedras.
Recortada en tenue luz de la menguante
hizo más inmenza la sombra de la muerte.
Y yo todo un valiente en medio de lo incierto
dudé por un instante volviéndome cobarde.
Cuenta la leyenda que ya de muchos años
moran en su seno, seres del Averno.
Una menos cuarto llena de silencio,
la noche hizo callar al insumiso viento,
oculto entre arrayanes que ha torcido el tiempo
insiste mi osadía en pagar su precio.

Y me he quedado allí, tieso como un muerto,
con la mirada atenta... y el seso muy despierto.
La noche tiritaba, muda, sorprendida,
cuando una luz enciende en los aposentos
y al eco de risas, ruidos y jadeos
veo aparecer de sombras cubierto,
el perfil de un hombre que acecha en el silencio.
De pronto un golpe seco, y gritos del Infierno,
un hacha por los aires,rebana en dos un cuello,
alaridos, estruendos, se triza la noche,
otro golpe de hacha.... y ya todo es silencio,
tan profundo y denso,
Silencio.....
Silencio.

 

Vaya, por belcebú, cuerpoz trozeados.

 

En serio que dan ganas de visitar esa casa, muy bueno.