Keila.

Los ojos de Keila son rasgados y vivos,
luceros puntiagudos que marcan el sendero
por el que ella camina sin saberlo,
sintiéndose libre, despojada de miedos.
Sus ojos se entornan cuando sonrie
y de todo su ser emana, a la vez,
un torrente de energía y alegría
que explota y se funde en su hermosa sonrisa.
Bella ninfa de 16 primaveras,
todo tu poder, tú lo tienes,
¡adminístratelo! Y si lo prefieres,
utilízalo en el proceso de convertirte en estrella.
Camina firme y atrás no mires,
levanta alta la cabeza,
despojada de contratiempos y asperezas,
que en la vida ésta se encuentra
lo que uno busca desprovisto de pereza.
Keila,
dulce y bella Keila,
mi poema pretende explicarte
que la juventud de un todo forma parte
y que es el preludio de un modo de vida.
Procura que la tuya de dichas esté llena.
Ser feliz es nuestro fin,
difícil tarea, si no dejan hacerlo a tu manera.
Por ello aquí concluyo.
Espero haberte servido de ayuda,
ahora... sigue tu andadura.

JUAN MANUEL PEÑA RAMÍREZ (PARLA-MADRID)

 

No sale mi calificacion ni mis respuestas no se que pasara este es mi ultimo intento, Me fascino hermoso te dejo estrellas